En primer lugar, recordemos las pautas generales de una buena dieta: muchas frutas y verduras, poca sal, grasa reducida a dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra al día, preferir pescado o pollo a los embutidos y quesos, cereales integrales (ya sea en forma de pasta o pan) y mucha, mucha agua. Por lo que se refiere a las bebidas, consumir sólo agua, té de hierbas, té sin azúcar o café.
Estas normas, sin embargo, no implican comer mal, limitándose a platos insípidos y tristes; de hecho, el uso de hierbas y especias pueden transformar cualquier plato volviéndolo delicioso y bajo en calorías. A continuación, distintos ejemplos de cómo podría conformarse el menú.
Antipastos bajos en calorías
Los moluscos son perfectos para preparar sabrosos y ligeros antipastos; por ejemplo, los mejillones con limón o en salsa de tomate; ensalada de sepia y alcachofas; carpaccio (delgadísimas fetas de carnes, pescados y hasta frutas y verduras) o ceviche de pulpo o pescados, muy ligeros y sabrosos.
Otras opciones frescas y ligeras muy originales, son el carpaccio de melón con pimienta, el carpaccio de calabacín o el carpaccio de hinojo y manzanas verdes.
Pastas dietéticas
También un plato de pasta puede ser dietético, si se utilizan pastas integrales y salsas a base de vegetales. Preparar estas salsas a base de verduras y mantenerlas listas en la nevera, para preparar rápidamente platos dietéticos. Otra opción son los fideos de soja o arroz con verduras ligeras al estilo chino.
Platos principales
La cocción en papel de aluminio es ideal para preparar comidas ligeras, cualquier pescado al horno encerrado en papel de aluminio, junto con las hierbas y verduras frescas a su elección, resultará delicioso y liviano, y evitará el uso de sal y aceite. Incluso la cocción de los alimentos (pollo o pescado) encerrados en una costra de sal permite comidas ligeras. Otra opción son las bolsas para cocinar en el horno carnes o aves, este sistema evita el uso de aceite y la pieza elegida, bien sazonada a gusto, se cocinará en su propio jugo.
Dulces light
Si de postres light se trata, lo primero que viene a la mente son las frutas, por ejemplo, una deliciosa ensalada de sandía y melón, o una mousse de fresas y ricotta.
Usando agar-agar o almidón de maíz se pueden preparar postres bastante ligeros que no suman muchas calorías. No hay que olvidar los helados light preparados a base de frutas y yogur sin grasa, por no hablar de los miles de tipos de sorbetes y granizados, como esta receta súper rápida y fácil: mezclar trozos pequeños de frutas y congelarlas, luego licuarlas y se obtendrá un delicioso granizado súper ligero.
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