Trabajar desde casa: 5 trucos para no engordar

Para quienes trabajan desde casa, en estos largos meses de confinamiento, la vida más sedentaria, la sensación de soledad, los errores en la mesa y, a menudo, el poco tiempo disponible para preparar las comidas corren el riesgo de promover un aumento de peso. Para no engordar, la primera regla a seguir es intentar moverse en casa y dividir la ingesta de alimentos en 3 comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) más 2 meriendas. Esta estrategia permite tener energía y saciedad durante mucho tiempo y evitar atracones durante los descansos. Además, mantiene siempre activo el metabolismo que, en un estilo de vida sedentario suele ser más lento. Estos son otros trucos para no subir de peso.


Apostar por un desayuno saludable y súper saciante

Cuando se trabaja desde casa, excederse en los bocadillos entre comidas es una de las tentaciones más comunes, corriendo el riesgo de afectar la línea. Para evitar exagerar con los snacks ricos en calorías, azúcares y grasas, la primera estrategia es asegurarse, al despertar, un desayuno completo con todos los nutrientes que le permitan al organismo tener energía y frenar el deseo de comida. Elegir a una fuente de carbohidratos de bajo índice glucémico, como pan o copos de cereales integrales. Gracias a la riqueza de fibras y carbohidratos de absorción lenta, aseguran una carga más duradera. Combinados con una porción de proteínas inducen saciedad.


Evitar las comidas apresuradas

En la cocina y en la mesa, sin prisas. En cuanto a la cocción, conviene evitar aquellas demasiado agresivas como asar a la parrilla y hervir. La primera estimula la producción de sustancias Age (Advanced Glycation End products), que inflaman las células y promueven el envejecimiento. Hirviendo, en cambio, se corre el riesgo de dispersar los micronutrientes útiles para mantenerse en forma y saludable . Incluso en la mesa es importante consumir con tranquilidad las diferentes comidas del día. La masticación lenta permite evitar la acumulación de gases en el intestino, lo que favorece una barriga hinchada. Además, induce a comer menos porque permite sentir la saciedad antes.


En el almuerzo y la cena no olvidar las verduras

Además de aportar muy pocas calorías y dar saciedad, las verduras actúan como auténticos "carroñeros". Las enzimas, las vitaminas, como la vitamina C y los minerales, en particular el potasio y el magnesio, en los que son ricos, ayudan a eliminar los desechos metabólicos. Gracias al alto contenido de fibra, también son una panacea para el intestino que con un estilo de vida más sedentario puede hacerse perezoso. Estimulan el tránsito y ayudan a eliminar el exceso de toxinas.


Entre horas, algunos frutos secos

¿Disminuye la concentración y aumenta el hambre durante la mañana o la tarde? Comer un puñado de nueces o una cucharada de semillas de girasol o calabaza puede ser la solución. Garantizan micronutrientes y ácidos grasos poliinsaturados que apuntalan la memoria y el estado de ánimo y, al mismo tiempo, contrarrestan la fatiga. Además, ayudan a no transgredir fácilmente con snacks poco saludables porque dan saciedad.

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