Es la base de muchas tradiciones culinarias, es barato y fácil de preparar. Pero el arroz realmente tiene muchas calorías: una taza contiene aproximadamente 240, que pueden transformarse rápidamente en grasa si no se queman.
Pero parece que, antes de agregar el arroz crudo en el agua, se debería verter un poco de aceite de coco, que cambiaría la estructura de los almidones.
La investigación
Los investigadores en Sri Lanka, sin embargo, han descubierto una forma fácil de cocinar, que reduce drásticamente las calorías del arroz hasta en un 50%, y también ofrece otros beneficios importantes para la salud. Todo lo que hay que hacer es hervir una olla con agua y, antes de agregar el arroz crudo, verter aceite de coco, hasta aproximadamente el 3% del peso del arroz.
Aproximadamente, por lo tanto, una cucharadita de té para media taza de arroz, como lo explicó Sudhair James, un estudiante universitario de química del Colegio de Ciencias Químicas de Sri Lanka, quien siguió la investigación con su profesor y presentó el trabajo en el Encuentro Nacional y Exposición de la American Chemical Society.
Cuando el arroz está listo, debe dejarse enfriar en el refrigerador durante aproximadamente 12 horas. Y, justo antes de comerlo, calentarlo en el microondas (y sazonar, ¡por supuesto!). La adición de aceite de coco y el enfriamiento del arroz permiten que los granos liberen almidones resistentes, que tienen un contenido calórico más bajo en comparación con los almidones digestibles de la cocción clásica (que nuestro cuerpo los transforma rápidamente en glucosa).
Los investigadores se dieron cuenta que aumentar el porcentaje de almidón resistente a la digestibilidad del arroz blanco puede reducir la ingesta de calorías en un 50-60%: este almidón pasa a través del intestino grueso, donde actúa como una fibra dietética. No solo eso: en gran parte fermenta y nutre las bacterias buenas, con un efecto probiótico. Cuando las bacterias digieren almidones resistentes, forman diferentes compuestos, incluido el butirato, que es una fuente de energía importante para el colon y ayuda a reducir la inflamación y el riesgo de cáncer.
Un estudio de 2014 ya había demostrado que dejar enfriar la pasta antes de calentarla y comerla aumentaba considerablemente el contenido de almidón resistente. Los investigadores ahora quieren tratar de entender si el mismo resultado también ocurre con otros alimentos con almidón natural, como el pan.
Comentarios sobre este artículo (0)