La ganache de chocolate sin nata es una buena alternativa con menos grasa que la receta tradicional. De hecho, si la crema original tiene un alto contenido en lípidos, la variante con leche es más magra. Y esto nos permite tener un relleno o decoración ligera para nuestros postres.
Pero, ¿qué es la ganache de chocolate y cómo se hace si no tienes nata, o no quieres utilizarla por motivos de salud o dieta? Las opciones son diferentes, aunque no queramos sustituirla por leche de vaca sino por otras variantes más adecuadas para quienes padecen intolerancia a la lactosa.
Una ganache de chocolate, para empezar con la definición, es una salsa dulce hecha de mitad chocolate negro derretido y mitad de nata. En ocasiones las proporciones pueden variar para que quede más o menos líquida. Pero también es posible que se añadan ingredientes para cambiar las notas aromáticas.
El hecho de que la base de la receta de ganache solo contenga chocolate y nata puede hacernos dudar de si se puede modificar la nata sin alterar el resultado. Cabe recordar que la nata tiene un sabor casi neutro y que las variaciones pueden afectar a la consistencia y al sabor, pero no necesariamente de forma negativa.
Cómo hacer ganache de chocolate sin nata
Las recetas para hacer ganache de chocolate sin nata son diferentes pero, como hemos comentado, conviene recordar que algunas soluciones suelen modificar el resultado. Si hablamos de sabor, sustituir la nata por leche entera es lo menos invasivo. Pero el resultado podría ser más líquido.
Leche
Una forma sencilla de sustituir la nata en la ganache es utilizar leche, con una pequeña adición de mantequilla para compensar la menor cantidad de grasa. Si por el contrario el objetivo es reducir la parte grasa de la receta, podemos evitar este ingrediente.
En caso de intolerancia a la lactosa o dieta vegana, la leche de vaca se puede sustituir por una variante vegetal. Lo mejor es la leche de coco, soja o avena, o incluso una mezcla de leche de arroz y avellanas o nueces. En cambio, se debe evitar la leche de arroz sola, ya que es demasiado baja en grasa.
También se debe considerar cambiar las proporciones entre leche y chocolate, valorando una mayor cantidad del segundo respecto al primero. Una forma de evitar que la salsa quede demasiado líquida y no se pueda utilizar para rellenar o glasear postres de forma óptima.
Puré de frutas
Si queremos darle un regusto afrutado a nuestra ganache de chocolate, los purés de frutas son lo que necesitamos. Los mejores son los elaborados con frutos rojos, como frambuesas o fresas. Pero incluso un simple puré de manzana puede funcionar y darle sabor y densidad a nuestra crema para postres.
Cabe recordar que en este caso, respecto a la versión con leche, que consiste en verter el líquido hirviendo sobre el chocolate picado, el procedimiento es diferente. De hecho, el chocolate hay que derretirlo al baño María y mezclarlo posteriormente con el puré, solo o con la adición de gelatina.
Pasta de frutos secos
En el mercado podemos encontrar las famosas pastas de frutos secos, como las pastas de avellanas o nueces, o incluso de pistachos. Pero también podemos hacerlos en casa si disponemos de una buena materia prima para utilizar. El chocolate negro, como en el caso descrito anteriormente, se debe derretir al baño María.
A la hora de añadir la pasta, calcular una cucharada a la vez para evitar enfriar demasiado la base y dificultar la mezcla. Si notamos que la ganache queda fibrosa podemos echar un par de cucharadas de aceite de semillas para que quede más fluida.
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