La cocinoterapia consiste en curar de maneras absolutamente creativas distintos trastornos relacionadas con el estrés, la depresión y toda una serie de otros factores negativos que pueden afectar nuestra paz mental, simplemente cocinando.
Los beneficios de cocinar
Porque al cocinar se involucra cuerpo y mente, se produce una relajación y se alejan otros pensamientos. Es una gran manera de aumentar la confianza en uno mismo, sentirse independiente y autosuficiente, además de ayudar a expresar la creatividad. Involucra todos los sentidos y puede ser divertido y gratificante.
Cocinar es bueno para los solteros, ya que ayuda a cultivar y mantener vivas las relaciones sociales. Es bueno para las personas mayores, ya que les hace sentirse útiles. Es bueno para los niños, y cocinar con ellos trae enormes beneficios para la vida familiar.
Cocinar es bueno para aquellos que sufren de depresión, porque es estimulante.
Preparar la comida de manera precisa y paciente interrumpe el impulso incontrolable de algunas personas, que comen para no pensar en sus problemas.
Preparar la comida también ayuda a desarrollar la conciencia y la responsabilidad en las compras, eligiendo los ingredientes más saludable, o ayudando a descubrir nuevos ingredientes o uso inusuales de los ingredientes conocidos.
Cocinar significa preparar recetas con ingredientes naturales y genuinos, evitando la alimentación con productos industriales procesados y precocidas que tal vez incluyan innecesarios aditivos. Cocinando tenemos la oportunidad de manejar personalmente las materias primas necesarias para nuestra supervivencia, y esto crea una sensación de bienestar y calma interior.
La cocinoterapia significa, en última instancia, eliminar el estrés, el malestar físico y emocional, de manera natural y divertida, significa re encontrar la serenidad, la calma y la paz para nuestro cuerpo y nuestra mente.
Según una investigación realizada hace unos años por científicos japoneses de la Universidad de Tohoku, cocinar aumentaría la capacidad cerebral.
El experimento realizado con técnicas muy sofisticadas, como tomografía óptica, mostró cómo, dedicarse al arte de la cocina, requiere de acciones complejas en el cerebro, tanto como para mantener este órgano activo y vital. Con un curso de cocina de tres meses, seguidas de al menos 15 minutos al día, la actividad de la corteza prefrontal se hace bien evidente, lo que aumenta las capacidades de predicción y cálculo.
Los resultados de la investigación japonesa han demostrado que la cocina es una manera fácil y divertida de mantener en forma una de las áreas más importantes del cerebro para las actividades cognitivas.
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