Los días son más largos, las temperaturas son más suaves y los árboles se cubren con hojas nuevamente.
Desafortunadamente comenzará a experimentar una serie de pequeños malestares cotidianos, derivados justamente por el reflorecimiento de la naturaleza que provoca, especialmente en sujetos de más edad, una serie de síntomas como ansiedad, depresión, fatiga, palpitaciones...
Muchos de estos síntomas pueden ser tratados en la mesa, a través de una dieta balanceada que contenga mucho hierro combinado con alimentos ligeros y depurativos.
En invierno, de hecho, hemos hecho una especie de "reserva" de calorías, necesarias para hacer frente a la dureza del clima, pero en la alimentación de primavera se deben contemplar tanto frutas y verduras (especialmente las ensaladas frescas), como alimentos especialmente ricos en vitaminas y sales minerales
Para superar así el largo período de invierno transcurrido entre smog y calefacción, es necesario, entre otras cosas incorporar alimentos refrescantes como zanahorias, hinojo, apio, estragón, ortiga, manzanas, peras, cítricos, fresas...
Naturalmente habrá que reducir drásticamente el consumo de alimentos ricos en calorías, como queso, embutidos, carnes grasas, dulces y, por supuesto, alcohol y bebidas espirituosas.
Concluimos enunciando la regla principal para vivir sano: dormir hasta saciarse, y beber mucha agua!
De las huertas de primavera llegan frutas y verduras nuevas, las primeras fresas, achicoria y espárragos que sabemos son insustituible para desintoxicar nuestro organismo; pero también espinacas, zanahorias nuevas, habas, guisantes y otros productos que son una fuente de minerales y vitaminas que nos preparará enfrentar el estrés estival.
Primavera en la cocina significa especialmente verduras. Pero es esencial que las verduras tiernas, frescas y sabrosas esta temporada, no sean "masacrados" en preparaciones elaboradas o condimentos en cantidades excesivas. La regla es, de hecho, la máxima simplicidad: lechuga nueva, dulce y tierna, hojas de rúcula, hinojo en rodajas finas, rábanos, una pizca de cebollino y un simple hilo de aceite de oliva extra virgen, y ya está lista una refrescante y deliciosa ensalada.
En cuanto a las sopas en cambio, se caracterizan por una cocción rápida, un caldo ligero de pollo o caldo de verduras, aderezado con verduras picadas en una base de sofrito, cubierto con agua caliente y cocinado 10 a 15 minutos es el mejor vehículo para mejorar la frescura de las verduras de primavera.
Para finalizar, las frutas: fresas, melocotones, nectarinas, frambuesas y albaricoques, son las verdaderas reinas de la primavera. Ricas en antioxidantes, contienen una gran variedad de minerales como el fósforo, calcio, hierro y vitaminas A, B1, B2 y, con una baja ingesta baja en calorías (aproximadamente 25 a 30 calorías por cada 100 gramos de producto) y pocos azúcares.
Entonces, ¿cómo no sentirse feliz sólo con ver en la mesa una colorida y fresca ensalada de primavera?
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