El porridge (gachas de avena) y la overnight oatmeal (avena preparada desde la noche anterior), desde hace algún tiempo se están afirmando en el desayuno, sobre todo entre los amantes del fitness y la cocina natural. En esencia consiste en copos de avena (u otros cereales) cocinados en leche de vaca o vegetal, que luego se enriquece con yogur, frutas frescas y secas, chocolate, frutos secos, miel, jarabe de arce y todo lo que el propio gusti aconseje
La fibra contenida en los cereales integrales estimulan la saciedad (adiós a la clásica languidez a mitad de la mañana) y regulariza las funciones intestinales, ideal cuando se trata de un desayuno de desintoxicacante. Si se utiliza avena o copos de arroz, mijo o alforfón certificados libres de gluten, estas preparaciones también son ideales para aquellos que deben seguir una dieta libre de gluten.
Aquellos que tienen problemas con los productos lácteos (o han elegido no consumir productos de origen animal) pueden utilizar leche vegetal, sin notar ninguna diferencia en el sabor. La mejor? Las leches de almendras o de coco, con las que se endulzará aún más la avena.
¿Cómo se prepara el porridge?
Para preparar esta "sopa" poner en un cazo de 3 a 5 cucharadas de harina de avena (u otro cereal), añadir media taza de la leche elegida y media taza de agua. Llevar a ebullición y cocer unos 4-5 minutos, revolviendo con frecuencia la papilla, hasta que la avena haya alcanzado una consistencia cremosa. Apagar el fuego y sazonar con los ingredientes favoritos.
¿Cómo se prepara la overnight oatmeal?
Poner en un recipiente de 3 a 5 cucharadas de copos de avena u otro cereal y cubrir con leche, vegetal o vacuna. Después de descansar una noche simplemente mezclarlos, condimentar como más se guste y en pocos minutos se tendrá un desayuno saludable, nutritivo y sabrosa.
Combinaciones y consejos para un porridge superlativo
El cacao, añadido a los copos de avena al momento de cocinarlos o remojarlos), hace que cualquier desayuno sea más delicioso. Con un puñado de nueces y una pera en trozos pequeños se tendrá la impresión de estasr comiendo un postre. Esta preparación queda muy bien también con fresas y bayas, así como con papaya y mango con un toque de coco.
Nunca escatimar en canela y vainilla: endulzarán y perfumarán la preparación, sin añadir calorías. No puede faltar un toque de dulzura: preferir miel o jarabe de arce, para incorporar vitaminas y minerales. Una gran idea es centrarse en la dulzura de frutas frescas y secas: agregar pasas, higos secos o albaricoques secos en la avena, antes de cocinarla (o, de ponerla en remojo), para que liberen todos los azúcares que contienen de forma natural. Para endulzar con fruta fresca se puede agregar después de la cocción, el puré de medio plátano, o cocinar la avena con una manzana o una pera en trozos.
Para un contraste frío-calor, o un toque de mayor cremosidad, servir la avena con alguna cucharada de yogur. Y si se acaba la imaginación, estas son algunas combinaciones que nunca aburren: pasas y semillas de calabaza; canela, manzana y piñones; albaricoques secos y avellanas; fresas y pistachos; plátano, vainilla y frutos secos.
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