Los dolores articulares o patologías relacionadas con el sistema osteoarticular muchas veces se pueden prevenir con una serie de conductas y con la elección de una dieta equilibrada y variada.
4 Reglas básicas
Estas son precauciones simples pero valiosas, el verdadero punto de partida para cuidar los huesos:
1. Mantener el peso corporal: es absolutamente necesario mantener un peso corporal adecuado para no sobrecargar demasiado las articulaciones y en segundo lugar porque se ha demostrado que la acumulación de tejido adiposo tiene un papel inflamatorio directo en nuestras articulaciones;
2. Mantenerse físicamente activo. Un hueso sano no se puede separar de un músculo sano.
3. Mantenerse hidratado: el agua juega un papel clave en el manejo de la salud osteoarticular. Un tejido hidratado es también un tejido bien nutrido. En estas circunstancias se recomienda consumir agua mineralizada, preferiblemente cálcica o magnésica, para aportar al organismo minerales útiles para la salud de los huesos.
4. No al tabaquismo, corresponsable de un proceso inflamatorio generalizado que lamentablemente también compromete en gran medida la salud ósea.
Elementos que no pueden faltar en la dieta
Proteínas: para salvaguardar la salud de los huesos y las articulaciones, es necesario tomar la cantidad adecuada de proteínas para cubrir las necesidades. Por tanto, adelante, bajo la supervisión de un profesional, al consumo de legumbres, carnes blancas y magras y especialmente pescados.
Verduras: imprescindible consumir especialmente junto con las proteínas. Garantizan la presencia de antioxidantes, por lo que se aconseja consumir varias y de colores, y amortiguar los residuos ácidos de la digestión de las proteínas.
Ácidos grasos: estos son quizás los nutrientes más importantes en el manejo de la salud ósea. Se recomienda el consumo de ácidos grasos monoinsaturados, como el del aceite de oliva virgen extra, rico en antioxidantes entre otros, y poliinsaturados preferentemente de la serie Omega 3.
Pescado azul, semillas oleaginosas y frutos secos: siempre deben estar presentes en la dieta, para controlar cualquier proceso inflamatorio.
Antioxidantes y minerales: el té verde, el chocolate negro, las semillas oleaginosas, los frutos secos, las frutas y verduras de temporada son los alimentos absolutamente más ricos en estas importantes sustancias. Los antioxidantes son esenciales para proteger el hueso de la acción de envejecimiento de las especies reactivas del oxígeno.
Leche y derivados: este es el verdadero dilema. A menudo se habrá leído sobre expertos que recomiendan absolutamente el consumo de leche y otros que lo satanizan y lo culpan como responsable de la osteoporosis. A la luz de estudios científicos, el consumo adecuado de leche y derivados parece proteger del envejecimiento a las estructuras óseas y articulares. Nota de mérito especialmente para productos fermentados como el Yogur, alimento saludable para la salud de los huesos. Incluso en este caso, sin embargo, lo importante es no exagerar. El consumo excesivo de té y café también es responsable del debilitamiento osteoarticular.
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