Sana, sanísima
Tomada en su medida y armoniosamente, por las características nutritivas que presenta, la cerveza es buena. Sanísima.
Entre sus virtudes desintoxica porque es absolutamente diurética debido a las propiedades del lúpulo.
Los fanáticos afirman que es la bebida alcohólica más saludable. Aunque otros opinan lo mismo del vino tinto.
Algunos estudios indican que produce reducción del stress, de la presión alta, mejora la capacidad física y disminuye los riesgos de infarto, además de proporcionar mayor resistencia contra las infecciones.
Los atletas alemanes, incluidos los integrantes de la selección nacional de fútbol, toman cerveza antes y después de las competencias, para relajarse y recuperar energías.
Sus virtudes como cura del día después de noches bravas se deben a que es rica en vitaminas –sobre todo del grupo B- aminoácidos, hidratos de carbono, minerales y ácidos orgánicos.
La cerveza no engorda dicen): lo quea si engordan son sus acompañantes saladitos; papas fritas, maníes, snacks en general, pizza… La cerveza sola. Pero no siempre es divertido.
Con las comidas china o japonesa, muy baja en calorías, con el ceviche como lo hacen los peruanos, con picanteces mexicanas, con feijoadas, va fantástica. La explicación técnica: como la cerveza contiene sustancias calóricas (provenientes de la cebada) a las calorías del alcohol el organismo las asimila primero y más rápidamente y retiene la de los alimentos. El alcohol en sí, es apenas un liberador de energías, pero acompañado de otros alimentos engorda.
¿Con espuma o sin espuma?
¿Cómo beberla? ¿Con espuma o sin espuma? Es una pregunta tan trivial como si alguien quisiera saber si la uva se come con cáscara o sin ella.
Unos 3 cm de espuma son necesarios para la conservación del aroma y del sabor. La mejor manera de conseguir la espuma en la cantidad exacta es servir la cerveza en copas con la botella inclinada unos 45 grados y la copa acompañando la inclinación.
La cuestión de la copa también es importante. Los expertos sostienen que las copas de pared fina son las más adecuadas porque conservan mejor la temperatura. La preferida de los buenos bebedores: la copa en forma de tulipán.
Importante: jamás lavar con jabón o detergente la copas de cerveza. Una pizca de jabón cambiara espumas y sabores. Muchos lavan las copas con agua y sal o agua y azúcar en el último enjuague. El azúcar ayuda a la formación de espuma. Y no las seque: mucho mejor es dejarlas secar solas, boca abajo.
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