Manzana al horno, todas las bondades de un postre saludable y atemporal

Un poco más que una fruta, un poco menos que un postre, dulce y calentito, como snack o al final de una comida, la manzana cocida es un auténtico comfort food en los días fríos, pero siempre un alimento saludable, incluso cuando hace calor.


Las propiedades de la manzana

Protagonista del otoño y del invierno, la manzana contiene vitamina C y minerales útiles para el organismo (especialmente potasio que ayuda al tono muscular) y tiene un contenido energético moderado que la hace adecuada para el desayuno o la merienda para reducir la sensación de hambre (especialmente cuando tenemos que perder kilos de más) y prepararnos para la comida.

La manzana ayuda a combatir el colesterol gracias a la fibra soluble en la que es rica, la pectina, también favorece la diuresis eliminando los desechos del organismo y está indicada en el caso de trastornos intestinales.


Manzana al horno: los beneficios

Una manzana cocida puede resultar, como decíamos, más sabrosa y cómoda. La fruta cocida también es más digerible y a su vez favorece la digestión, además actúa de forma aún más beneficiosa sobre el intestino perezoso favoreciendo su tránsito y actuando como antiinflamatorio. La manzana cocida está indicada cuando estamos debilitados o convalecientes, es buena para personas mayores y para niños.

Recordemos, sin embargo, que la cocción reduce la cantidad de agua de la manzana, aumentando la concentración de azúcar y disminuyendo las propiedades beneficiosas de la fruta. Por tanto, conviene consumirla con moderación, en el desayuno o en la merienda, combinándola con grasas buenas, como los frutos secos, que ralentizan la asimilación de los azúcares de rápida absorción, o con alimentos proteicos como el yogur griego, que facilitan la sensación de saciedad.

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