El puerro es un vegetal bastante saludable al igual que todos los demás. Es una de las verduras más usadas en el mundo ya que su sabor resulta más suave que el de las cebollas y porque puede usarse en miles de recetas.
Pero lo mejor es que está lleno de virtudes para la salud y desde hace muchos siglos ya se conocía siendo los egipcios los primeros en probarlo. También fue muy solicitado por hebreos, romanos y griegos, ya que lo consideraban una excelente medicina.
Incluso fue Hipócrates quien afirmaba que el puerro aumentaba la leche de las madres lactantes y que las mujeres lo consumían en abundancia ya que abría las matrices cerradas.
Era considerado un ingrediente especial para la fertilidad y para quienes deseaban tener una bonita voz.
En la Edad Media, se decía que el puerro podía limpiar y modificar el tubo y la cánula de los pulmones y al usarse tópicamente como cataplasma actuaba como analgésico. Muchos lo colocaban encima del bajo vientre para que calentara y favoreciera la emisión de orina, y su jugo es un cosmético natural, pudiendo servir como loción para acabar con los enrojecimientos y con los granos.
En algunos casos, era empleado para calmar dolores y para evitar la picadura de insectos.
Por otro lado, si se sufre de hemorragias nasales, este vegetal puede detener el sangrado, y tanto el jugo como el caldo de puerro ayudan a mantener una excelente acción diurética capaz de retrasar el envejecimiento de la piel.
Y para el cuidado del cabello puede hervirse y con el caldo que se obtiene convertirlo en un excelente enjuague y conseguir unos lindos reflejos.
Hace poco se han hecho algunas investigaciones comprobando que el puerro es un excelente anticancerígeno sobre todo en casos de cáncer de estómago, de colon, de recto, para el cáncer de mama y el de pulmón.
Controla los niveles de colesterol en la sangre y gracias a su contenido de saponinas actúa como anti fúngico, impidiendo el desarrollo de infecciones provocadas por los hongos.
Y no puede olvidarse su excelente y abundante uso en la cocina ya que existen muchas formas de prepararlo como la muy conocida sopa de puerros a la que se le puede añadir nabos y aceite de jengibre, o un exquisito plato de salmón con puerro asado.
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