Los frijoles se encuentran entre las legumbres más utilizadas tradicionalmente en la cocina campesina y son protagonistas de muchas recetas de la dieta mediterránea.
Estas legumbres son ricas en beneficios para la salud, hasta el punto de que las poblaciones que las consumen con frecuencia son también las más longevas. Por eso deben estar siempre presentes en la mesa con regularidad. No sólo son ricas sino que dada su versatilidad se pueden preparar de mil formas diferentes.
Sus beneficios y valores nutricionales
No se puede tener un cuadr preciso de los valores nutricionales hablando genéricamente de frijoles porque depende del tipo, ya que hay muchos. Según la FAO, existen más de 40 mil variedades. En cualquier caso, las más habituales son los frijoles negros, rojos y blancas, el caupí y el atzuki, el lamón, la lima, el pinto, etc.
Digamos que en general los frijoles cocidos tienen alrededor de 100 calorías cada 100 gramos, aportan 8 gramos de proteínas vegetales y 14 de hidratos de carbono, y tienen muy pocas grasas (0,7 g), en su mayoría insaturadas. No contienen colesterol, tienen una excelente cantidad de fibra, aminoácidos (lisina) y lecitina. Contienen vitaminas A, B, C y E, K y sales minerales, entre ellas hierro, potasio, calcio, fósforo y zinc.
Propiedades de los frijoles
Controlan el colesterol y los triglicéridos: los frijoles contienen saponinas y fitoesteroles, sustancias eficaces para controlar la hipercolesterolemia y las fibras ayudan a bajar los triglicéridos.
Ayudan al funcionamiento del cerebro gracias a la vitamina K.
Ayudan al corazón: los frijoles son valiosos para la salud del corazón debido a su alto contenido en folato que reduce los niveles de homocisteína, causante de enfermedades cardiovasculares.
Son antioxidantes: tomados regularmente tienen un excelente efecto antienvejecimiento gracias a antioxidantes como los polifenoles y los bioflavonoides, que combaten los radicales libres y la inflamación.
Favorecen la salud ocular gracias a la presencia de zinc y otros minerales preciosos.
Ayudan a la regularidad del intestino gracias a las numerosas fibras solubles e insolubles que favorecen el desarrollo de una flora bacteriana sana.
Ayudan a estabilizar los niveles de glucosa en sangre y tienen un índice glucémico bajo.
Dan sensación de saciedad, por lo que ayudan a mantener un peso saludable.
Llegados a este punto no dejes de incorporar los frijoles e tu mesa preparando una multitud de platos deliciosos, nutritivos y saludables, desde aperitivos hasta primeros platos, desde sopas hasta segundos platos.
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