Lo que no se debe comer antes de dormir

A veces el insomnio se presenta en nuestra tranquila y relajada rutina, por más que no se haya dormido lo suficiente, que no se hayan consumido pesados a altas horas de la noche, y de no haberse tomado ni una gota de café, sentimos que no podemos conciliar el sueño y pasamos horas dando vueltas en a cama.

Pero muchos estudios han demostrado que existen cinco alimentos básicos que son los culpables del insomnio y que deben tomarse en cuenta, para evitar esta situación tan fastidiosa y poder llegar rendidos todas las noches a los brazos de Morfeo.

No solo el café tiene la culpa ya que el chocolate bitter también puede ser un gran responsable de la falta de sueño.

Algunos chocolates negros tienen la misma cantidad de cafeína que una lata de Red Bull de 80 miligramos, pero seguro que cuanto más cacao contenga el chocolate, más estimulante será.

Consumir alimentos con muchas calorías antes de dormir, son los causantes de insomnio.
Los alimentos con alto contenido de grasa como las frituras ya sean papas fritas, hamburguesas, pasteles y otras cosas no solo producen aumento de peso, también pueden verse implicadas en interrumpir ciclos normales del sueño. Otro ejemplo, los helados en crema, con altas cantidades de grasa y que se consumen poco antes de ir a la cama, son una de las principales causas de pesadillas.

De igual manera los embutidos y ciertas carnes curadas como el pepperoni, los hotdogs y el salame contienen en su composición altos niveles de tiramina, un aminoácido que hace que se eleve la producción de norepinefrina, un estimulante del cerebro que se relaciona con el estrés y que es capaz de elevar la frecuencia cardiaca.

Muchas veces elegimos cenar algo muy fresco y natural, sobre todo cuando pretendemos mantener la línea o evitar ganar algunos kilos de más. Las verduras como el brocolí crudo, las zanahorias y la coliflor, pueden ser muy saludables pero también son causantes de insonmio, ya que continuaran moviéndose en el sistema digestivo por mucho tiempo.

Lo más recomendable es cenar a una hora prudente, es decir, antes de las 8 de la noche y los alimentos que deben consumirse deben ser ligeros, acompañados de una taza con una infusión digestiva y relajante para que a la hora de acostarse se sienta cómodo y sin ningún tipo de pesadez o fastidio.

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