Leche entera, parcialmente desnatada o desnatada: ¿cuál elegir?

¿Es mejor beber leche entera, parcialmente desnatada o desnatada? Partamos de un hecho: la leche es un alimento que se puede poner en la mesa todos los días. Las pautas para una alimentación sana y correcta recomiendan consumir de 2 a 3 raciones de 125 ml al día, lo que equivale a poco más de una taza. Este alimento es una fuente de valiosos macronutrientes para el organismo, entre ellos proteínas de alto valor biológico. También ofrece grasas de alta calidad, así como azúcares que aportan energía de rápido consumo, y también cuenta con un buen aporte de aminoácidos de cadena ramificada y calcio, valiosos para el crecimiento y la salud de los músculos y los huesos.

El consumo de este alimento también aporta buenas cantidades de fósforo y magnesio, además de vitamina D y vitamina K, ambas beneficiosas para el esqueleto.

Pero la leche es, sobre todo, la segunda fuente alimenticia más rica en vitamina B12, también llamada coblamina, preciosa para el metabolismo y la síntesis del ADN y la regeneración de las células. Sin embargo, no todos los tipos de leche son iguales. Entonces, ¿es mejor consumir leche entera, parcialmente desnatada o desnatada?


La leche entera es más saciante

En comparación con la leche semidesnatada y desnatada, la leche entera aporta un mayor porcentaje de grasa y muchas veces es precisamente esta característica la que empuja a algunos a evitarla en su dieta diaria. Sin embargo, es precisamente el componente lipídico lo que lo hace más saludable. Tanto es así que varios estudios de los últimos años han destacado que el consumo regular de este tipo de leche estaría asociado a una menor probabilidad de sobrepeso y obesidad. De hecho, las grasas son nutrientes que dan energía y aumentan la sensación de saciedad. Los lípidos ralentizan la digestión de los azúcares contenidos en este alimento y los presentes en la comida en la que se consume como el desayuno. Además, facilitan una mejor asimilación de las vitaminas, muchas de las cuales tienen acción antioxidante, entre ellas la vitamina A y la vitamina E. Permiten entonces beneficiarse al máximo de las vitaminas D y K, que también son liposolubles, facilitando su asimilación por el organismo.


Las desnatadas parcialmente y las desnatadas son menos calóricas

En cuanto a la presencia de vitaminas del complejo B, la leche semidesnatada y la desnatada son muy similares a la leche entera. Lo que cambia es el contenido de lípidos significativamente menor en la parcialmente desnatada y más aún en el desnatada, lo que también se traduce en un menor aporte energético.

La leche parcialmente desnatada y la desnatada contienen menos grasas, incluidas las saturadas, por lo que es más adecuada para ser consumida en lugar de la entera por quienes necesitan reducir su aporte calórico en la mesa o por quienes tienen niveles elevados de colesterol y triglicéridos.

Comentarios sobre este artículo (0)

No hay comentarios