Prepararlo en casa no es sólo fácil, sino también la demostración que la cocina sigue siendo el lugar donde se pueden transformar los alimentos y, por ejemplo con un simple filtrado, se puede pasar de un yogur a una especie de queso. Un tazón de yogur (preferentemente griego), una gasa o paño de cocina y una noche de reposo bastarán para obtener un ’queso’ fresco y suave, delicioso para untar sobre el pan, y totalmente hecho en casa! La receta prácticamente es esta; no hay cantidades y es fácil de recordar. Nada más. Y nada menos...
Tome entonces un yogur natural, el que prefiera (pero por supuesto que no se dulce!), preferiblemente elegirlo entero; si le gusta, y lo encuentra, el de cabra u oveja son muy adecuados, así como el griego.
Vuelque el yogur en un paño limpio, con textura regular y densa y, posiblemente, de color natural. Asegúrese que no tenga olores (o perfumes) incorporados: el suavizante de telas no beneficia al labneh, por lo tanto, como medida de precaución hervir en agua limpia el paño, antes de utilizarlo
Si va a utilizar el ’queso’ en una versión salada puede agregar una pizca de sal al yogur (no es obligatorio ni ortodoxo pero simplifica el proceso), a continuación, anude el paño y déjelo escurrir durante 6-8 horas sobre un bol. Si la temperatura lo permite, se puede dejar en un lugar fresco, si no colóquelo en el refrigerador, montado sobre un colador.
Pasado el timpo de reposo, el suero se habrá separado del yogur y su ’queso’ estará listo. Sazónelo con aceite de oliva y las especias y aromas que más le gusten: semillas de hinojo, perejil, menta, pimentón, comino son algunas de las combinaciones más adecuadas, pero de rienda suelta a su imaginación con otras combinaciones!
Comentarios sobre este artículo (0)