Pese a que el espacio no se estira, un primer paso para una cena bien dispuesta es calcular un lugar adecuado para que cada comensal esté cómodamente sentado. Nada más desagradable que comer codo con codo.
Una vez tenido en cuenta este detalle inicial, el sello de la mesa será el mantel: elegante, informal o simplemente práctico, según la ocasión. El blanco sigue siendo el mantel tradicional, ya sea bordado o con aplicaciones de color, pero no conviene que sea demasiado recamado porque distraerá la atención de la comida misma.
Si los platos son lisos el mantel puede no serlo. O viceversa. Desde luego queda espléndido el juego de platos y el mantel en estampados combinados.
Los cubiertos se ubican a los lados de los platos: los tenedores a la izquierda, los cuchillos a la derecha, como la cuchara que va antes o después de los cuchillos, según la sopa se sirva antes o después de otros platos. Los tenedores y las cucharas se disponen con la cara cóncava hacia arriba, los cuchillos con el filo hacia el lado del plato.
Los cubiertos de pescado se ubican en el orden que corresponda a ese plato en el menú: si es el primer plato, primeros desde afuera.
Los cubiertos de postre pueden colocarse delante del plato, a la izquierda de las copas, del modo en que serán tomados.
Las copas siempre deben ubicarse arriba, a la derecha. En línea inclinada entre los cuchillos y el plato. Se pueden colocar tres (vino tinto, blanco y agua) o cuatro (sumando la de champagne). En una comida informal bastan dos copas (una para vino y otra para agua).
Las copas más apropiadas son las de tipo "tulipán": la más ancha es la de vino tinto y la más alta, la de champagne.
Una colaboración para el ama de casa (si no tiene servicio) es contar con apoya cubiertos, que evitan ensuciar el mantel cuando los cubiertos no se cambian.
El plato para pan se coloca a la izquierda del plato de comida y puede ser de material diferente: transparente, liso o labrado, de metal plateado o de diseño más moderno.
La servilleta se ubica a la izquierda del plato sobre el plato para pan o sobre el plato principal. El buen gusto indica que un plegado simple resulta más adecuado que un rebuscado arreglo.
Las flores y las velas deben ubicarse con esmero y sin que choquen bruscamente con el esquema de la mesa.
Las flores no deben ser muy perfumadas (por ejemplo jazmines) ni es correcto que obstaculicen la visión entre los comensales. Las velas no deben nunca colocarse a la altura de la vista y es preferible que sean blancas.
Si se elige un candelabro importante es aconsejable dejarlo a un costado de la mesa para, que los invitados no tengan delante, constantemente, el movimiento titilante de las llamas.
En mesas informales quedan muy divertidos los arreglos con frutas u hortalizas, así como de hojas frescas o secas.
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