"Nunca saltearla, atención a la variedad, no a porciones dobles, sí a las frutas y verduras de temporada." Estas son las reglas de oro.
La temporada de frío es, para los más pequeños, también la más difícil, la merienda es una comida muy importante. Esta es una pequeña guia para los padres, elaborada por los pediatras.
1 - Variedad: Los niños a menudo tienden, sobre todo a la hora de la merienda, decidir por sí mismos qué comer. Fundamental es educar el paladar en vez de demonizar cualquier alimento.
2 - No saltearlas: es esencial, ya sea a media mañana como a media tarde, 'recargarse' y mantener el azúcar en la sangre estable y, por lo tanto, también prestar atención durante las largas horas de estudio para llegar con menos hambre a la hora del almuerzo o la cena.
3 - Hace frio, porciones más abundantes?: Falso. La merienda debe cubrir siempre el 7-8% de las calorías totales del día. Los niños tienden a tener un estilo de vida más sedentario que en verano, por lo cual no deben excederse en calorías, si el niño tiene, para el almuerzo y la cena, comidas regulares. Especialmente con la llegada de la Navidad, es importante no sobrealimentar a los niños, no excederse en el consumo de grasas: sí a las pequeñas excepciones en los días de fiesta, pero que no se convierta en la regla.
4 - Hace deporte, debe comer más? Falso. En la mayoría de los casos, el gasto calórico no justifica una "doble merienda”. Sólo si el niño hace prácticas de competencia es necesario proporcionar una dieta más rica. Si la actividad deportiva se practica 4 o 5 horas después del almuerzo es recomendable hacer un pequeño refrigerio alrededor de una hora y media antes de dicha práctica y con alimentos que sean fácilmente digeribles. Si, en cambio, como ocurre especialmente con los más pequeños, la actividad se realiza más cerca del almuerzo, es mejor la merienda después del entrenamiento. Para aquellos que no practican deporte el mejor momento es a media tarde.
5 - Debe se balanceada: La merienda se compone principalmente de cirbohidratos de lenta absorción, por lo que se recomiendan tostadas o pan integral con mermeladas, miel o quesos untables, bizcochos secos preferentemente sin cremas ni productos de panadería. Una alternativa también puede ser un yogur, quizás acompañado de una fruta. O, si el niño prefiere algo salado, puede ser pan, preferentemente integral, con tomate, jamón o queso desgrasado.
6 - Y para beber ... La combinación ideal es un jugo o licuado de fruta y/o verdura de temporada o, alternativamente, un zumo natural: de esta manera se obtienen todos los antioxidantes y se tiene un mix en la composición de los distintos menús del día. También en el caso de las bebidas, el principio es la variedad.
7 - Vitaminas: Durante la temporada de frío, para estimular el sistema inmunológico, luz verde a los cítricos. También van bien manzanas, peras y kiwis. Una mención especial para los frutos secos, una valiosa fuente de grasas esenciales, minerales y vitaminas. Nueces, avellanas o almendras, si se consumen en la cantidad correcta y sin excesos, son excelentes aliados en la alimentación invernal.
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