Cuando una mujer está embarazada debe alimentarse muy bien, recibir los nutrientes necesarios para que tanto ella como el bebé gocen de buena salud. Y es que la alimentación en la época de gestación influye mucho en el desarrollo y la salud del niño en la lactancia.
Cuando se está en tiempo de lactancia, es imprescindible seguir muchos consejos respecto a la alimentación ya que las necesidades aumentan hasta en 500kCal al día, por lo que el organismo se ve obligado a sacar la energía extra de los aportes suplementarios o de las reservas que se acumularon en el embarazo.
Algunas mujeres pierden medio kilo o más en una semana, pero cuando esto sucede es necesario consumir porciones de mayor tamaño, ya que un régimen hipocalórico es lo menos conveniente ya que tanto la madre como el bebé necesitan de más energía de nutrientes para que puedan reponerse del embrazo y del parto.
En la lactancia los nutrientes deben ser mayores que en el embarazo, por lo tanto las vitaminas y minerales deben consumirse en abundancia sobre todo el ácido fólico, que se encuentra en las verduras, las legumbres, en la carne, en la yema del huevo y en los cereales integrales.
Otra vitamina que no debe faltar es la C, presente en todos los cítricos, en vegetales como el brócoli; también se encuentra en las patatas y en las grosellas. El consumo de pescados y margarina, es ideal para obtener vitamina D y el calcio se obtiene de productos lácteos, de las verduras y hasta del agua mineral.
El hierro se consume de la carne magra, de los vegetales, de los cereales integrales y de los frutos secos y el magnesio de las carnes, verduras, de los cereales integrales y también de los frutos secos.
A la vez, el cuerpo necesita de una mayor cantidad de líquido, por lo que se recomienda consumir dos litros de agua diarios pero de preferencia en zumos de frutas o de verduras diluidas. Tampoco hay que excederse con el agua, ya que llegar a los 3 litros podría resultar negativo en la lactancia.
Si bien la leche materna es la más adecuada para el bebé, hace algún tiempo se dijo que las sustancias nocivas causadas por la alimentación de la madre podrían ser dañinas, pero ahora se ha demostrado que las sustancias han disminuido considerablemente, aunque de igual forma, deben consumirse con moderación algunos pescados como el atún, el salmón, el arenque o el pez espada ya que contienen mercurio o dioxina.
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