La mandarina es originaria de las zonas tropicales de Asia, se trata de un fruto cítrico muy parecido a la naranja pero de menor tamaño, con un sabor más aromático y con mayor facilidad para retirar su piel.
Se cree que su nombre se debe al color de los trajes que llevaban los mandarines, quienes gobernaban la antigua China, llegó a Europa en el siglo XIX pero ahora se puede disfrutar en el mundo entero.
Propiedades de las mandarinas:
Es una de las frutas llenas de vitamina C y que contribuyen para que el organismo siempre este saludable, previniéndolo de gripes y resfriados. Además, tiene un potente efecto antioxidante y previene enfermedades degenerativas.
Son recomendadas para depurar el organismo y al consumirse su zumo en cantidades mayores, se logra limpiar el organismo por dentro para vernos radiantes por fuera.
La medicina China la considera materia prima debido a la cantidad de vitaminas que contiene como la B, C, ácido cítrico, caroteno y por ser reductora del azúcar. En su piel se concentra aceite volátil y glucósido y en sus semillas, existen aceites grasos, proteínas y sustancias amargas.
Entre sus propiedades curativas, la mandarina actúa como antiinflamatorio y broncodilatador, muy eficaz en el tratamiento de úlceras, ayudando también, en el buen funcionamiento del sistema digestivo.
No podían faltar como parte del tratamiento para la belleza y el cuidado de la piel, esto gracias a sus antioxidantes y vitaminas. Pueden formar parte de cualquier dieta para bajar de peso, gracias a que no tienen calorías y quitan el hambre, y también se recomiendan para mantener la piel bronceada por más tiempo, al exponerse al sol.
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