La dieta de otoño

Con la llegada del otoño, los días comienzan a acortarse y, en muchos casos, es posible sentirse más "pesado" ya que, con frecuencia, durante los meses de verano se tiene la tendencia a suspender las actividades deportivas y muy a menudo nos relajamos y también aprovechamos para disfrutar las comidas típicas de los lugares visitados durante las vacaciones.

Por eso es necesario, en este período, proporcionar al organismo el envión necesario para reanudar los compromisos y abordar de la mejor manera el largo invierno. Las temperaturas no son constantes y pasan de días frescos a otros más cálidos. Es conveniente adaptarse a estos cambios con platos ligeros y delicados a base de pescado con verduras de temporada (setas, calabaza y cebollas) y platos de pastas, sopas y carnes, más adecuado para los días donde se necesita más abrigo.

Las verduras de otoño

Las setas son uno de los alimentos más característicos de esta temporada. Todas sus variedades tienen un alto contenido de agua y promuever la diuresis. Proporcionan poco azúcar (4-5%), poquísima grasa (0,5-1%) y una pequeña cantidad de proteína vegetal (3-6%). Las proteínas de los hongos tienen un valor biológico discreto, comparable a la de las verduras frescas. Es un alimento muy sabroso, que se adapta a numerosos y deliciosos platos, otorgándoles su aroma característico. Hay, sin embargo, que prestar atención a su preparación ya que, a menudo, requieren frituras o salsas que aumentan el aporte de calorías de los platos.

Durante los meses de otoño los puestos de verdura se tiñen de naranja: es la temporada de la calabaza. Tiene muy bajo aporte calórico y es muy rica en agua. A pesar de ser baja en macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) proporciona una gran cantidad de vitamina A y potasio. Combina muy bien tanto con carnes blancas o rojas, como con pescados, alimento valioso en cualquier temporada.

No nos olvidemos de las semillas de calabaza que una vez tostados y salados son bocadillos perfectos: contienen fitoesteroles, grasas y Helene filolecitina; tienen una leve propiedad anti-inflamatoria y ayudan a prevenir los trastornos de las vías urinarias.

La col y el brócoli, por su parte, se encuentran entre los alimentos más comúnmente utilizados para las recetas de otoño e invierno. Son ricos en vitaminas (A, B1, B2, B9, PP, C), ácido fólico y minerales , incluyendo fósforo , calcio y potasio. Tienen buenas propiedades antioxidantes y, gracias a su alto contenido de clorofila, ayudan al organismo en la producción de hemoglobina y por lo tanto en la prevención de la anemia. Son bajos en calorías y tienen un gran poder saciante, por lo que son excelentes alimentos para aquellos que quieren permanecer a dieta.

Carne y pescado

El pescado, así como la carne, proporciona proteínas que permiten un adecuado recambio proteico, indispensable para la renovación de los tejidos, permitiendo la síntesis de sustancias tales como enzimas y hormonas. Los pescados en particular, son la fuente más importante de ácidos grasos poliinsaturados de omega 3, cuyos efectos beneficiosos sobre el organismo, han sido ampliamente demostrados.

Su consumo redunda en una reducción del colesterol total, aumenta el colesterol bueno y regula los fenómenos de agregación plaquetaria. Para esto son de gran valor para la prevención de la dislipidemia y la enfermedad cardiovascular.

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