También en invierno nuestro cuerpo necesita agua. Pero, ¿cómo funciona la hidratación del cuerpo humano, para qué se utiliza, cuáles son los riesgos que corremos si no tenemos cuidado? Y, sobre todo, además de beber, ¿qué debemos y podemos hacer desde el punto de vista de la alimentación?
1. ¿Qué es la hidratación y por qué es importante?
El cuerpo humano está compuesto principalmente de agua: el porcentaje varía según el sexo y la edad, pero nunca cae por debajo del 50% y alcanza hasta el 70%. Sin agua, no se sobrevivirá más de unos pocos días y una buena hidratación es útil para mantener la piel y el cabello saludables. Desde la regulación de la temperatura corporal hasta la eliminación de toxinas, desde los procesos metabólicos hasta el transporte de nutrientes pasando a la transmisión de los impulsos nerviosos, el agua está presente en todos los órganos, tejidos y células y sus funciones en el cuerpo humano son esenciales.
2. El invierno no es la excepción
Comer liviano, no salir en las horas más calurosas, beber agua y comer fruta fresca. Este es el mantra que escuchamos repitir cada verano, cuando aumenta la temperatura y aumenta el riesgo de deshidratación. ¿Pero eso significa que no se corren riesgos en invierno? En absoluto. Estamos acostumbrados a pensar que al sudar menos se puede beber menos, pero hay muchas circunstancias que incluso en invierno requieren una ingesta adecuada de líquidos, como por ejemplo el aire seco de los ambientes interiores con calefacción o una mayor micción vinculada a las bajas temperaturas. Y también hay una trampa: paradójicamente, en invierno tenemos menos calor y, por lo tanto, tenemos menos sed, por lo que bebemos menos.
3. Beber. No solo agua
Así que la regla número uno es beber, beber, beber. Incluso cuando no se tiene sed, y sobre todo constantemente durante todo el día. Por supuesto, existe el hecho de que cuando hace frío beber un buen vaso de agua fresca no es el mejor placer. Para ello, el consejo es ayudarse con tisanas e infusiones calientes, También sopas y caldos. Y aquí se llega al punto fundamental: la comida.
4. La hidratación se obtiene comiendo
No debemos olvidar que entre el 20 y 25% de la ingesta de líquidos proviene de los alimentos, principalmente de frutas y verduras. Los vegetales y las frutas también tienen una ventaja sobre un simple vaso de agua: contienen muchos minerales y vitaminas, que afectan la absorción de líquidos y, por lo tanto, en realidad aumentan la hidratación.
5. Alimentos recomendados
Así que adelante con frutas y verduras pero, siempre teniendo en cuenta la estacionalidad. Veamos cuáles son las verduras con el mayor contenido de agua disponibles en invierno: achicoria (95%), calabaza amarilla (94.6%), endibia y cardos belgas (94.3%), melón de invierno (94.1% ), radicchio y escarola (94%), nabos y acelgas (93.3%), col roja y verde (92.3%), cebolla (92.1%), apio y brócoli (92%). Además de verduras, frutas y, en particular, jugos, frutas cítricas como naranjas, mandarinas y limones (o una mezcla de las tres), también se recomiendan para el suministro de vitamina C, que en esta temporada ayuda a prevenir los resfriados y otros dolencias.
6. Alimentos no recomendados
Por otro lado, se deben evitar o reducir los alimentos que aumentan la deshidratación: alimentos con mucha sal (salchichas, quesos estacionados), alcohol y bebidas azucaradas. También dosificar cuidadosamente la cafeína.
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