En forma después de las fiestas

Disfrutamos, bromeamos, comimos, bebimos y brindamos, saludando al viejo 2013, recibiendo al nuevo año con renovada esperanza. Entre las muchas buenas intenciones que nos propusimos, seguramente también está la de recuperar la figura después de las comilonas natalicias.

Es bien sabido que para la mayoría de la gente, la palabra dieta sigue siendo sinónimo de dieta restrictiva, baja en calorías, algo que necesariamente implica sacrificios.

Pero de hecho no lo es, simplemente consiste en variar, un poco a la vez, el estilo de vida y, la mayoría de las veces, es más fácil de lo esperado.

Y éstos pueden ser los tres pasos iniciales:

1) Liberarse de las toxinas

Este debería ser el primer punto, ya que probablemente es el menos conocido.

Entre las muchas funciones del tejido adiposo, también está la de proteger el cuerpo del exceso de toxinas. Alcohol, conservantes y colorantes de los alimentos, plaguicidas en las frutas, verduras y diversos compuestos hechos por el hombre, son los principales responsables de la intoxicación general de nuestro organismo. Más toxinas acumulamos, mayor será la cantidad de grasa que nuestro organismo acumulará para defenderse de estas sustancias nocivas.

Por esta razón, es útil, un día a la semana, consumir principalmente alimentos ricos en antioxidantes como frutas y verduras (espinacas, jugo de arándanos y naranjas, kiwy); limitar el consumo de grasas saturadas y reducirla ingesta de proteínas.

También este día es útil para evitar la actividad física y disfrutar en su lugar de un relajante baño turco o un agradable sauna. El sauna yel baño turco, de hecho, estimulacn la sudoración, promoviendo la eliminación de las toxinas del organbismo. La única precaución que debe tomarse es la de reponer inmediatamente los líquidos perdidos, bebiendo mucha agua.

2) aeróbicos: una noticia buena y una mala

La buena noticia es que un ejercicio aeróbico implica una actividad física moderada.
La mala noticia es que esta intensidad de ejercicio ligera o moderada debe ser realizado por lo menos durante 30-40 minutos, 3 a 4 veces por semana.

Para encontrar la intensidad óptima simplemente debe tratar de hablar durante el ejercicio. Si le resulta difícil hablar y desarrolla síntomas de falta de aliento, significa que el ritmo es demasiado sostenido y debe disminuirlo. Si en cambio puede hablar tranquilamente y no sentir el menor signo de fatiga, es necesario aumentar ligeramente la intensidad hasta la aparición de los primeros síntomas de dificultad moderada.

Disciplinas de tipo aeróbico son la carrera lenta, el ciclismo, el esquí de fondo moderado, las caminatas y el remo entre otros.

Es útil asociar a estas actividades un poco de ejercicios de tonificación, luego de realizar el precalentamiento.

3) Evitar el estrés

"Mens sana in corpore sano" decían los antiguos, ésta podría ser la clave para resolver el cambio en nuestro estilo de vida.

La idea es volver a tomar posesión de nuestro propio físico, redescubriendo la alegría en la actividad física, siendo capaces, por ejemplo, de jugar un partido de fútbol con nuestro hijo, o usar unos pantalones que llevábamos hace 10 años; siempre paso a paso.

No debemos cometer el error de reclamar resultados milagrosos e inmediatos, el progreso se verá un poco a la vez, gradualmente.

Es de fundamental importancia la mentalidad con la que se inicia el programa de alimentación y ejercicio: "serenidad y motivación" en primer lugar.

Una vez tomada la decisión, con un pequeño sacrificio día tras día, obtendremos la recompensa de mayor salud y vitalidad para este nuevo año.

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