Así como conocemos los beneficios del vinagre blanco tanto en la cocina como en la salud, son muchos quienes creen ciegamente en el vinagre de uva y sus múltiples propiedades. Y es que en realidad, cuenta con muchas virtudes que harán que se convierta en algo infaltable en el hogar.
Para empezar, podemos decir que el vinagre de uva es muy bueno cuando se quiere perder peso. No solo consumiéndolo de forma directa, si no también sirviendo como ingrediente en la preparación de ciertos platillos. Al contener entre 7 y 10% de ácido acético, se convierte en un supresor del apetito, regulando los niveles de insulina y glucosa.
Esto crea una sensación de saciedad en el organismo, haciendo que uno se sienta pleno.
Hace algún tiempo, la revista European Journal of Clinical Nutrition público un artículo que indicaba que 9 de cada 10 personas llegaron a reducir sus porciones de comida después de haber comenzado a consumir vinagre de uva.
Por otro lado, este vinagre resulta perfecto para combatir el síndrome metabólico o síndrome de insulinoresistencia gracias a sus antioxidantes que disminuyen las posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares o diabetes
Y es que este vinagre posee elementos como quercetina, catequinas, taninos, polifenoles y proantocianidinas, que mejoran la circulación impidiendo que la sangre quede estancada en las arterias y reduciendo el riesgo de padecer paros cardiacos.
Por si fuera poco, este vinagre de uva se convierte en un perfecto analgésico para calmar el dolor causado por picaduras de abejas, medusas; así como en casos de quemaduras y ampollas causadas por el sol o por el fuego. Solo hace falta mezclar dos cucharadas de vinagre y mezclarlo con agua de baño.
Además, este vinagre de uva puede prepararse en casa y existen varias formas de hacerlo. Una forma fácil de hacerlo solo requiere 1 litro de vino y un puñado de uvas pasas.
Luego de descorchar la botella de vino se añaden en el interior las uvas pasas y con la ayuda de un lienzo se tapa el pico de la botella. Se deja reposar por espacio de 30 días para que fermente y listo.
Otra forma es con 1 kilo de uvas y 5 litros de agua. En un frasco se colocan las uvas bien lavadas, se añade el agua y deja en reposo en un lugar oscuro, protegido de la luz y el polvo hasta que se convierta en vinagre.
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