Durian: a qué sabe la fruta más apestosa del mundo

Si has viajado por el sudeste de Asia, seguramente te habrás topado con curiosos carteles que prohíben tomar transporte público y taxis o entrar a los hoteles y locales con una gran fruta de piel puntiaguda y color verde claro.

Se llama durian (el nombre deriva del malayo y significa "fruta espinosa") y su olor es tan intenso y desagradable que puede transformar un acogedor ambiente en un lugar donde necesitas taparte la nariz. Al igual que el hedor emitido por un contenedor de basura, el olor del durian es inconfundible y altera a cualquiera que se encuentre en los muchos puestos que los venden (enteros, pelados, en bandejas ya preparadas), en las ciudades asiáticas.

Pero, ¿cómo es que se puede comer algo con un olor tan poco atractivo? Imposible no preguntárselo cuando se enfrenta el primer bocado de esta fruta, considerada un verdadero manjar en zonas como Tailandia, Camboya y Malasia y que se vende a un alto precio en comparación con otras frutas ...


El sabor del durian

Ácido, dulce e insoportable, el olor del durián entra en las fosas nasales del catador tan pronto como se revela la pulpa tierna, de color amarillo oscuro con una consistencia ligeramente mantecosa. Después de la inevitable inhalación, el siguiente paso solo puede ser taparse la nariz, para no comenzar la cata impregnados de náuseas.

Al primer bocado, el paladar de los más valientes, será invadido con un sabor dulce y picante que lejanamente recuerda el sabor de un melón demasiado maduro , contrastado de una generosa cantidad de especias.
Después de probarlo, es imposible no preguntar por qué está tan difundido, pero obviamente es una cuestión de gusto.

Los habitantes locales de hecho, lo aman tanto como para preparar pasteles de durian, conservarlo en almíbar, hacer dulces y chocolates rellenos, muy aconsejados para una primera aproximación a esta fruta, ya que estas elaboraciones permiten casi neutralizar su olor.

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