El estudio de un grupo de investigación que monitorizó los patrones alimenticios de 185 países de todo el mundo durante 28 años, acaba de publicarse en la revista Nature. Así que aquí están los países que comen mejor en el mundo.
Qué reveló el estudio
Una escasa mejora en la calidad de los alimentos durante casi tres décadas y marcadas diferencias en la dieta por país, género, edad y educación son algunos de los hallazgos más notables. De acuerdo con el principal modelo dietético considerado, el Índice de Alimentación Saludable Alternativa (Ahei), que va de 0 a 100 puntos, solo diez países (1% de la población mundial) obtuvieron puntajes superiores a 50. Sorprendió que entre los 25 países más poblados del mundo, el puntaje promedio más alto lo obtuvieron Vietnam, Irán, Indonesia e India. En Brasil, México, Estados Unidos y Egipto, sin embargo, la situación resultó preocupante y si el promedio regional fue más bajo, se destacó en América Latina y el Caribe, mientras que la zona del sur de Asia mostró estar al alza. Sin embargo, paradójicamente, las peores situaciones se han encontrado en este ámbito en algunos de los países de ingresos más bajos, así como en el África subsahariana. Si bien es poco el consumo de alimentos ultraprocesados y carnes rojas en estos países, el consumo de componentes saludables, como frutas, verduras y pescados ricos en omega-3 no es óptimo.
En cuanto a las zonas de renta alta de Europa Centro-Oriental, Asia Central, Oriente Medio y Norte de África, la evolución de la alimentación ha sido muy positiva: el aumento del consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales ha mejorado la calidad de la dieta global de las personas, aunque la reducción de carnes rojas, sal y alimentos procesados no fue relevante. Precisamente por los profundos cambios económicos y/o la adhesión a los modelos occidentales, China, Japón y México, de hecho, han incrementado el consumo de carne vacuna de manera incisiva.
Si entonces, en el panorama general, la calidad de la nutrición de las mujeres era mejor que la de los hombres, se hizo un descubrimiento interesante con respecto a la edad: los bebés y los niños, incluso en las zonas menos prósperas, tienen una dieta generalmente saludable, pero con la adolescencia el deterioro es evidente en todas las partes del mundo. También sería el logro educativo lo que tendría un impacto importante entre las naciones de Europa central/oriental y Asia central, así como en América Latina, el Caribe y el sur de Asia. En particular, señaló la investigación, la educación superior generalmente está relacionada con un mayor consumo de frutas, verduras, cereales integrales y aceites vegetales, pero esta actitud no siempre se corresponde con un menor consumo de alimentos procesados y carnes rojas.
En conclusión, según los estudiosos, las iniciativas específicas de educación alimentaria deben dirigirse a los más jóvenes para enseñarles pequeños trucos que hacer en la mesa para reducir el riesgo de enfermedades crónicas, cardiovasculares o de cáncer. Sin embargo, debe decirse que el equipo también subrayó las limitaciones de los hallazgos de la investigación: los datos dietéticos individuales siempre pueden estar sujetos a errores de medición. Además, la disponibilidad de la encuesta fue limitada o incompleta para algunos países, factores dietéticos, grupos demográficos y años.
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