Dieta crudista: riesgos y beneficios

La dieta crudivegana, conocida como Raw Food, ha tenido especial éxito en los últimos años, tanto por sus supuestos beneficios para la salud como, quizás, por determinadas estrategias comerciales. El crudsimo se ha consolidado -no sin polémica- entre las dietas más extremas, conquistando más la opinión pública que la científica. En los siguientes párrafos se explicará cuáles son las principales características de esta dieta, sus beneficios y sobre todo sus riesgos.


En qué se basa la dieta crudista

El principio fundamental en el que se basa la dieta crudista se refiere a la cocción de los alimentos: según sus seguidores, de hecho, una temperatura superior a 42 ° reduciría el contenido de ingredientes activos presentes en los alimentos, reduciendo significativamente sus virtudes nutricionales.

Evidentemente no todos los alimentos se pueden comer sin cocción previa como los cereales, las legumbres o las patatas, cuyo consumo crudo acarrearía diversos problemas.

Por este motivo, entre las técnicas de cocción de la cocina crudista se pueden incluir otros métodos de preparación:

- la germinación, muy importante para leguminosas y cereales;

- el secado, que no supere los 42° C;

- la marinada;

- la fermentación;

- El licuado, centrifugado o extracción, aunque de esta forma no se conserven todas las virtudes nutritivas del alimento.


Distintos tipos de crudismo

No todas las dietas crudistas son veganas. Existen diversas variantes, más o menos restrictivas, que abarcan distintas necesidades.

Se hace una distinción entre:

- Régimen crudista omnívoro, caracterizado por la posibilidad de consumir todos los alimentos (incluyendo, por lo tanto, carne, pescado, huevos, leche y derivados), manteniendo claramente los métodos de preparación antes mencionados;

- régimen crudista vegetariano, que excluye el consumo de carne y pescado pero permite el consumo de huevos y leche en su lugar;

- Régimen crudivegano, el más restrictivo de todos y por tanto también el más expuesto al riesgo de carencias nutricionales, que suprime el consumo de cualquier alimento de origen animal.


Riesgos y beneficios

Al tratarse de un régimen dietético muy particular, sólo queda preguntarse cuáles son los posibles beneficios pero sobre todo los riesgos asociados a estos métodos de preparación.

El beneficio más importante es sin duda la posibilidad de preservar el contenido de vitaminas, especialmente las termolábiles, y evitar la dispersión de minerales y fitonutrientes debido a los métodos de cocción.

Esto se aplica, por ejemplo, a las vitaminas B (en particular tiamina, riboflavina y ácido fólico), vitamina C y vitamina E, cuyo contenido se reduce después de la cocción.

Se debe hacer un discurso ligeramente diferente para algunos fitonutrientes, cuya biodisponibilidad tendería a aumentar después de la cocción.

Muchos, y a veces clínicamente peligrosos, serían los riesgos potenciales que se enumeran a continuación.

- Riesgos alergológicos: muchos alimentos que se consumen crudos, como los huevos, presentan un riesgo alérgico muy elevado, que se pierde tras la cocción.

- Riesgos sanitarios: vinculados a la presencia de bacterias coliformes y parásitos. No solo se refieren a carnes y pescados, sino también a todas las verduras en contacto con el suelo.

- Problemas de digestión: la cocción ayuda a proporcionar una primera degradación térmica, facilitando así las fases digestivas.

En conclusión, dadas las peculiaridades dietéticas y los riesgos asociados, es imprescindible consultar a un profesional de la nutrición antes de emprender una dieta de este tipo.

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