Para lograr el mejor rendimiento físico posible, un buen deportista debe presentarse a la competencia con una buena reserva de energía, sin sentirse pesado por comidas excesivas y elaboradas. La hidratación del organismo es también una preocupación importante: una posible deshidratación arriesga con comprometer el rendimiento. Que también es difícil de recuperar en caso de que surja. En resumen, se deben tener en cuenta todos y cada uno de los comportamientos en la mesa para tener un resultado deportivo exitoso.
Consejos básicos para la nutrición deportiva antes de la competencia
El primer consejo es no consumir comidas tres horas antes de la competencia, ya sea un partido de fútbol, una carrera de bicicleta o a pie. Además, en el día de la competencia, es necesario evitar la ingesta de alimentos que requieran una larga digestión, como carne y alimentos grasos: el peligro es sentir una sensación de pesadez, que no es precisamente la sensación ideal. Por lo tanto, es preferible comer un plato de pasta (aproximadamente 100 gramos) con una salsa liviana de tomates, que proporciona un aporte de energía importante. Respecto a la hidratación, es necesario beber en las horas antes del ejercicio, pero también comer frutas (sin excederse porque es posible que se favorezca la actividad intestinal).
También, hablando de nutrición para el deporte, hay que tener presente el horario en que la competencia está programada. Si se programa en horario nocturno, el almuerzo puede ser muy rico en consumo de almidón (pan, pasta, patatas), mientras que por la tarde se tiene que hacer una colación basada en bocadillos dulces. Lo ideal es algún bizcocho tostado con mermelada. Durante todo el día, es conveniente beber líquido, tal vez beber té no demasiado dulce.
En resumen: para un compromiso más tarde en la mañana (por ejemplo, un partido de tenis a los 11), se puede hacer un desayuno que favorezca una ingesta de fibra y carbohidratos.
Para una competición por la tarde, un almuerzo bastante ligero, realizado tres horas antes del inicio del esfuerzo.
Y para la tarde-noche una alimentación sustancialmente "normal", pero siempre evitando los alimentos grasos.
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