Tanto el cuscús como el bulgur se relacionan con el trigo duro pero, aunque vagamente similares a la vista y en su uso, son productos diferentes que requieren diferentes métodos de preparación. Veamos de qué se trata
¿Qué es el cuscús?
El cuscús (a veces también escrito couscoús, todos junto, o cuscús, como se lee) está formado por pequeños granos creados con harina de sémola de trigo duro y agua, que se hinchan y ablandan durante la cocción.
Procedente de la tradición culinaria norafricana, en la que se utiliza para preparar un tipo de plato que lleva el mismo nombre, el cuscús está hoy muy extendido por todo el mundo, hasta el punto de que en 2020 fue incluido en la lista del Patrimonio Inmaterial de la humanidad de la UNESCO.
¿Cómo se cocina el cuscús?
El que se encuentra en el supermercado es una versión precocida, por lo que requiere un tiempo de cocción muy corto (unos 10 minutos) respecto al original, que requiere una cocción larga dentro de un olla especial (la cuscusera). El cuscús tiene entonces la particularidad de cocinarse por absorción, no en remojo en agua hirviendo como la pasta, y la cantidad de agua caliente con sal necesaria para prepararlo debe ser igual a su peso (luego es completamente absorbida por los granos).
¿Cómo se condimenta el cuscús?
Una vez listo, se debe esponjar el cuscús con aceite para evitar que se formen grumos antes de añadir el condimento. En las recetas tradicionales se suele acompañar con carnes y verduras guisadas y especiadas pero su difusión ha dado origen a muchas otras versiones, como la de pescado o la dulce.
¿Qué es el bulgur?
El bulgur, por su parte, es un alimento típico de la cocina de Oriente Medio. Éste también procede del trigo duro y, al igual que el cuscús, no es apto para celíacos. Para producirlo, primero se germina el grano, luego se hierve o se cuece al vapor, se pica y finalmente se vuelve a secar. El tamaño final del bulgur depende del grado de picado, que puede ser más fino o más grueso. En el mercado se suelen encontrar hasta cuatro grados diferentes de tamaño: cuanto más grueso sea el grano, más tardará en cocinarse.
Cómo preparar el bulgur
El bulgur se hierve en una cacerola con agua hirviendo, cuyo peso debe corresponder al doble de la cantidad de trigo que se desea cocinar. Luego se deja cocer con tapa y en unos 15-20 minutos ya está listo, es decir cuando haya absorbido toda el agua (por eso hay que revisarlo y darle la vuelta varias veces para que hacia el final de la cocción no se pegue).
Cómo utilizar el bulgur
Los usos del bulgur en la cocina, son similares a los del cuscús: ambos pueden usarse para intentar reproducir los platos de las tradiciones culinarias de las que provienen, como el tabulé, o pueden usarse como la cebada, espelta y quinoa, creando ensaladas frías con legumbres y verduras, perfectas para la época estival y cómodas para llevar a la oficina también. Otra posibilidad es utilizarlo en la preparación de albóndigas con verduras y especias para darle sabor y huevos para que actúen como aglutinante.
Cuscús y bulgur: la diferencia
La diferencia entre cuscús y bulgur es, por tanto, el hecho de que el bulgur se produce directamente a partir del grano de trigo duro, por lo que se considera un grano integral y no un derivado.
El cuscús, gracias a su consistencia vagamente similar a la del pan rallado, también puede utilizarse en su lugar para crear rellenos alternativos para berenjenas, pimientos o tomates al horno. Mientras que el bulgur es preferible para recetas como ensaladas frías dado su mayor tamaño.
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