Los alérgenos alimentarios afectan inevitablemente la dieta y la vida de muchas personas en todo el mundo. Por ello, es útil saber más sobre los alimentos que pueden provocar problemas que no hay que subestimar, y que no son pocos.
Alérgenos alimentarios: ¿Cómo funcionan?
En los últimos años ha crecido significativamente el interés por las patologías relacionadas con la alimentación, así como el debate sobre las circunstancias en las que la comida puede ser el agente desencadenante. Por ello, las alergias alimentarias, la celiaquía y las intolerancias más extendidas -principalmente la intolerancia a la lactosa- son cada vez más objeto de seguimiento y estudio, con el objetivo de mejorar la vida de quienes tienen que convivir con estas situaciones desfavorables.
Causas y síntomas de las alergias
Cuando se es alérgico a componentes particulares contenidos en los alimentos, el sistema inmunológico reacciona respondiendo de manera anormal. Aunque se trata de sustancias no tóxicas e inofensivas, en realidad la respuesta del organismo es desproporcionada, por lo que las alergias, en cierto sentido, pueden considerarse "errores" inmunológicos.
Los síntomas que pueden presentarse incluyen náuseas, erupciones cutáneas, hinchazón, vómitos, tos, estornudos y picazón en ojos, nariz, labios y boca. Generalmente las reacciones provocadas por alérgenos alimentarios no son especialmente graves, aunque en algunos casos pueden ser mucho más serios e incluso letales.
Alergias, intolerancias y aversiones
En la jerga común, a veces se confunden tres tipos diferentes de respuestas a la comida. La simple aversión está dentro de los parámetros personales del gusto y no tiene nada que ver con la salud.
En el caso de una intolerancia, sin embargo, los síntomas tardan un cierto tiempo en aparecer, generalmente en forma de hinchazón, diarrea o dolor abdominal, pero sin afectar al sistema inmunológico. Los síntomas de las alergias, sin embargo, aparecen inmediatamente después de la ingestión, provocando reacciones inmunitarias muy fuertes e invasivas. A partir de esta evidencia, ahora se puede tocar un pasaje clave de la discusión.
¿Qué son los alérgenos alimentarios?
En la definición común, los alérgenos alimentarios son simplemente alimentos, o algunos de sus componentes, que pueden provocar reacciones inmuno-mediatas. Este punto puede parecer bastante genérico, pero cabe señalar que los alérgenos son proteínas o péptidos responsables de la alergenicidad de los alimentos o ingredientes individuales. En cualquier caso, potencialmente cualquier proteína puede constituir una fuente alergénica, aspecto que en el caso de los alimentos procesados puede deberse a la combinación de diferentes proteínas. Sin embargo, para saber más es importante tener en cuenta los alimentos que pueden provocar las reacciones inmunitarias en cuestión, como se verá a continuación.
Los alimentos más alergénicos
Según algunos estudios, alrededor del 75% de las reacciones provocadas por alérgenos alimentarios entre los niños se deben a los huevos, los cacahuetes, la leche de vaca, el pescado y los frutos secos. Entre los adultos, sin embargo, aproximadamente el 50% de las reacciones se producen cuando entran en contacto con frutas de la familia de las Rosáceas (que incluyen manzanas, peras, cerezas, frambuesas, fresas y almendras) y con verduras de la familia de las Apiáceas (que incluyen el apio y las zanahorias) y hierbas aromáticas, así como diversos frutos secos y cacahuetes. También a la luz de estos datos, aquí presentamos los alimentos con mayor riesgo en cuanto a respuestas inmuno-mediatas.
Huevo
Se encuentran entre las principales causas de reacciones en los niños pequeños, que también pueden verse expuestos de forma involuntaria e inconsciente. Los alérgenos alimentarios están presentes en la clara de huevo, lo que puede provocar la aparición de urticaria y eccema durante la infancia. Sin embargo, con el crecimiento la alergia puede atenuarse e incluso desaparecer.
Leche de vaca
La alergia a la leche también puede ocurrir a una edad temprana. Entre los alérgenos alimentarios más típicos se encuentran las caseínas, que resisten el calor y la pasteurización. En los recién nacidos los síntomas aparecen a nivel gastrointestinal y dermatológico. Las reacciones cutáneas pueden disminuir con el paso de los años, mientras que las reacciones respiratorias y gastrointestinales pueden aumentar.
La alergia a las proteínas de la leche conlleva un mayor riesgo de desarrollo posterior de otras alergias alimentarias y de sensibilización a sustancias inhaladas, es decir, cuando se inhalan partículas volátiles o en polvo. Al igual que con los huevos, la alergia a la leche de vaca puede desaparecer después de la infancia.
Frutos secos
Las alergias a los frutos secos se encuentran entre las más frecuentes y graves, especialmente cuando se trata de avellanas. Los síntomas pueden aparecer a una edad temprana, persistiendo durante toda la vida, a veces incluso con reacciones anafilácticas muy graves. La alergia a la avellana suele ir acompañada de la alergia al polen de abedul.
Maní
Hay bastantes personas que son alérgicas al maní, una condición que, a diferencia de otras alergias, puede durar toda la vida y a menudo se caracteriza por una mayor gravedad en las reacciones inmunes. Entre estos pueden aparecer urticaria, dermatitis, asma, vómitos y anafilaxia. Para las personas alérgicas, incluso el polvo de maní inhalado puede tener efectos negativos.
Trigo
Las proteínas del trigo se encuentran entre los alérgenos alimentarios más importantes y pueden estar presentes en diferentes cantidades según las variedades cultivadas individuales. Las reacciones alérgicas pueden aparecer a nivel gastrointestinal, cutáneo y respiratorio, generalmente dentro de la hora siguiente a la ingestión. En caso de reacciones anafilácticas el riesgo puede ser muy grave.
Soja
Los alérgenos alimentarios de la soja también pueden estar presentes en los productos refinados derivados de ella, mientras que están casi ausentes en los aceites. Las reacciones afectan principalmente a la piel y al sistema digestivo, pero también pueden producirse asma y otras manifestaciones más graves.
Pescados y crustáceos
En este caso, las alergias, que varían según la especie, pueden provocar asma o reacciones anafilácticas, con riesgos considerables. Al igual que ocurre con el maní, las alergias al pescado pueden durar toda la vida. La cocción al vapor y manipular también pueden desencadenar la respuesta inmune. Las mismas consideraciones se aplican a los crustáceos y moluscos, y en particular a los camarones.
Otros alérgenos alimentarios
Se pueden mencionar otros alimentos que contienen alérgenos alimentarios, entre ellos la mostaza, los lupines, el apio y las fresas.
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