El kiwi es muy rico en vitamina C y se sabe que estimula la regularidad intestinal. Su color brillante alegra cualquier ensalada de frutas y su sabor dulce pero ácido combina bien con todas las demás frutas. Sin embargo, cuando aún no están maduros, los kiwis no sólo son duros e imposibles de comer, sino que además tienen un sabor demasiado ácido y decididamente desagradable.
¿Cómo saber si los kiwis están maduros?
La mejor manera de saber si los kiwis están maduros es confiar en el tacto: ejerciendo una ligera presión, la pulpa de la fruta debe ceder ligeramente y sentirse suave. Sólo así se conseguirá comer un kiwi dulce y jugoso. Pero cuidado: la pulpa debe estar tierna, pero también turgente: de lo contrario, es posible que la fermentación de la fruta ya haya comenzado, haciéndola prácticamente incomible.
Para evitar elegir una fruta demasiado madura, revisar la piel, que debe estar lisa y sin pliegues. Incluso el color no uniforme, la presencia de manchas u otras imperfecciones a menudo indican que un kiwi está más cerca del deterioro de lo que es apto para el consumo.
Cuando el tamaño no importa
En el caso del kiwi, el calibre no indica su estado de madurez ni aclara si fue recolectado cuando todavía estaba demasiado verde. Hay que decir que esta fruta generalmente se vende cuando aún no está lista para el consumo, precisamente porque completa su maduración en la alacena de la cocina. Después de comprarlos, dejar los kiwis fuera de la nevera unos días antes de volver a guardarlos.
Si se quiere acelerar el proceso, basta con colocar los kiwis en una bolsa de papel o en una cesta con una manzana: se trata de un truco antiguo que dará la maduración justa a los kiwis en poco tiempo.
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