Cómo preparar una mermelada sin azúcar

¿Quién dijo que la mermelada no se puede preparar sin azúcar? Con la elección de la fruta más adecuada y algunos trucos caseros, incluso la reina indiscutible de las recetas dulces, puede convertirse en una delicia menos calórica, pero igualmente sabrosa y saludable, ya que se prepara sin conservantes ni edulcorantes de origen dudoso.

Además, la mermelada sin azúcar es una forma inteligente de utilizar la fruta que de otra forma, descartaríamos: para prepararla, de hecho, se utiliza fruta muy madura, por lo tanto azucarada, también se puede añadir una manzana cada 500 gramos de fruta que, con su pectina natural aportará una consistencia espesa y cremosa a nuestra mermelada, endulzándola lo suficiente, para que no resulte áspera.

Las variantes para preparar una buena mermelada sin azúcar son infinitas: albaricoques, peras, membrillos, fresas, manzanas y pasas de uva, así como otros ingredientes que puede agregar para dar ese "toque especial" que nunca está de más. Adelante entonces con la imaginación y la creatividad, incorporando canela, jengibre, regaliz o chile para probar nuevas combinaciones.

Cualquiera que sea el fruto elección para la mermelada, la receta básica incluye siempre los mismos ingredientes:

500 gramos de frutas (fresas, albaricoques o peras)
Jugo de ½ limón
½ taza de agua
1 manzana, cortada en trozos
1 puñadito de semillas de chía molidas (ideal para la mermelada de fresa), canela (para la mermelada de peras, pasas de uva o manzana) o jengibre (peras).

Preparación de la mermalada:

Lavar cuidadosamente la fruta y cortarla en trozos sin quitar la piel (sobre todo si el origen de la fruta es orgánico) déjelo marinar por lo menos una hora en un bol con el zumo de limón y añadir la manzana que, debido a la presencia limón, no se oscurecerá.

Verter entonces la fruta en una olla profunda y dejar cocer a fuego lento durante unos 40 minutos agregando, durante la cocción, el agua y sus especias favoritas. Revuelva de vez en cuando y, al obtener la consistencia adecuada, retirar del fuego. Si prefiere una mermelada homogénea, puede licuara.

Envasar la mermelada en frascos de vidrio esterilizados y todavía calientes, cerrar con las tapas adecuadas e invertir cada frasco en un estante o en una tabla de madera. Dejar reposar así durante al menos 48 horas.

La mermelada se puede almacenar en un lugar fresco y seco durante unos tres meses e incorporarla a una variedad de recetas y preparaciones. Obviamente, para aprovechar al máximo de todas las bondades de esta mermelada casera natural, el consejo es comerla con pan tostado para disfrutar un desayuno o una merienda llenos de energía... y bajos en calorías.