Como estar muy saludable a partir de los 40

El paso de los años puede notarse en el cuerpo de una mujer, ya que va cambiando y se disminuye la producción de ciertas hormonas alterando el mecanismo encargado de regular la proporción entre músculos y grasa, así como la distribución del tejido adiposo.

El metabolismo también cambia, volviéndose más lento, todo esto hace que se engorde un poco cada año, aunque la dieta sea la que siempre se ha seguido.

Cuando se está cerca de cumplir 40 años, lo más recomendable es cambiar los hábitos alimenticios y seguir un plan de ejercicios físicos que fortalezcan los músculos, evitando que se acumule más grasa.

Para comenzar, se sugiere que se coma siempre la misma cantidad, ya que casi siempre, la alimentación es errónea por el desorden con el que se administra. Muchos toman un desayuno muy escaso, almuerzan demasiado, pican toda la tarde y por la noche evitan la cena.

Lo mejor es tener al día cinco comidas, se debe tomar un desayuno completo, y no dejar pasar la merienda de la mañana y la de la tarde.

Esta regla de las cinco comidas, funciona cuando es moderada. Si uno come poco y a menudo, el cuerpo trabaja más en la digestión de alimentos, lo que representa un incremento en el gasto de calorías.

En los vegetales, legumbres y en los productos integrales, se pueden encontrar suficientes hidratos de carbono que se absorben lentamente, esas vitaminas y fibras sacian por más tiempo. muy distinto a lo que ocurre con las harinas refinadas y azucares que aparte de elevar la glucosa en sangre, no tienen el mismo efecto saciante.

Las proteínas también deben ser tomadas en cuenta pero a la medida justa. No se debe abusar porque el exceso tiende a acumularse en forma de grasa. Se recomiendan las proteínas de pescado, legumbres y carne blanca.

La fibra aparte de evitar el estreñimiento, fortalece el sistema digestivo, ayuda a reducir los niveles del colesterol malo y también posee efecto saciante. Esta puede encontrarse en la pasta, el arroz y en el pan integral.

Las grasas también deben ser consumidas pero en pocas cantidades, lo mejor es consumir las grasas insaturadas que se encuentran en los frutos secos y en el aceite de oliva. Definitivamente, debemos obviar las grasas saturadas y consumir menos embutidos y lácteos enteros.