Aunque el ritmo agitado de la vida cotidiana no permita durante la semana tener un almuerzo tranquilo en casa, hay que tratar de comer saludable en todo momento y situación, negándose a someter a nuestro cuerpo a un "estrés" alimenticio que, a la larga, podría resultar perjudicial para la salud y el bienestar físico y mental.
En este sentido, la primera regla fundamental e indispensable sobre cómo comer sano fuera de casa, es empezar el día con un desayuno rico y equilibrado, que nos dan la energía adecuada para no tener demasiada hambre a la hora del almuerzo. Por eso, para iniciar la jornada, nada mejor que cereales integrales, mermelada, galletas frescas, yogur, leche o cebada: definitivamente la mejor manera de cuidar la dieta.
Otra regla importante es disfrutar de una colación saludable a media mañana, de preferencia una fruta de temporada o una barra energética natural, de preferencia hecho en casa, con un zumo de naranja recién exprimido o un zumo de frutas.
Quien tiene sólo media hora para almorzar y tal vez él está acostumbrado a comer en su escritorio, puede optar por un sándwich con carnes magras y sin aderezos grasos difíciles de digerir. Optar por un buen pan de trigo integral relleno con jamón crudo cocido, carne de res, verduras a la parrilla previamente preparadas en casa. Otra opción liviana y saludable son las ensaladas en frascos. Evite, en cambio, los habituales bocadillos comprados en máquinas expendedoras o en el bar: en la mayoría de los casos están llenos de grasa y conservantes que resultan pesados y no satisfacen.
Si la hora de almuerzo es un poco más larga y relajada, y se puede disfrutar de una verdadera comida sentado en un bar, restaurante, o cafetería, el consejo es elegir entre los platos más sencillos del menú, poco sazonado y acompañados con verduras de temporada. Siempre preferir verduras, carnes blancas a la parrilla, quesos bajos en grasas, verduras a la plancha o al vapor y fruta fresca de temporada. También son ideales las ensaladas enriquecidas con productos frescos y libres de grasa, poco sazonadas y acompañado con grisines o una rebanada de pan de trigo integral. Evitar los alimentos fritos o los platos muy condimentados, especialmente preparados, perjudiciales para la línea y que seguramente no permiten seguir trabajando con vitalidad.
Otro consejo cuando se come fuera de casa es desterrar del almuerzo los refrescos dulces y bebidas gaseosas y no ceder a los menús económicos y rápidos de los fast-food que sólo garantizan muchas grasas saturadas y azúcares, realmente nocivos para las arterias.
Dígale sí, en cambio, a las ensaladas con una base moderada de pasta, arroz o cuscús, y muchas verduras, u otros platos ligeros y naturales capaces de asegurar una ingesta calórica adecuada sin recargar el organismo y que nos dejarán satisfechos y livianos.
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