Entre las verduras típicas de la temporada de invierno, se destacan las crucíferas: coles, brócoli, coliflor, que se pueden degustar de muchas maneras.
Una familia variada, dentro de la cual un lugar de honor pertenece a la coliflor, que contiene vitaminas B, C y K, omega-3 y potasio. Es buena para la salud, ayuda a prevenir diversas dolencias, y también es muy sabrosa. La coliflor realmente se presta a diferentes preparaciones y recetas: desde las deliciosas cremas al pimentón o al yogur hasta gratinados y tortillas.
Pero es sabido que, cuando se cocina, la coliflor comienza a emitir un olor desagradable. La causa? Está en los compuestos a base de azufre que están contenidos en este vegetal, y que causan olor solo si se calientan. Son aromas muy volátiles, y esto también significa que la coliflor no tendrá el mismo sabor desagradable, una vez que se lleve a la mesa.
Estos son algunos trucos para reducir el mal olor de la coliflor al cocinarla.
1) No cocinarlo demasiado
Al igual que con muchas verduras, la cocción excesiva conduce a la pérdida de algunas propiedades beneficiosas. Pero en este caso, hay una consecuencia adicional: cuanto más se cocina la coliflor, más compuestos de azufre se calientan y mayor es el hedor. ¡Y una coliflor blanda ni siquiera es tan buena para comer!
2) Cocinar al vapor
Con la cocción al vapor, la coliflor se calienta menos y también queda más crujiente y sabrosa. Además, con este método de cocción se cocina con tapa.
3) Agregar un poco de pan
Hervir la coliflor agregando rebanadas de pan, incluso secas, al agua en la que se cocinan las florecillas: el pan absorbe parte del mal olor liberado por la verdura.
4) Hervir con vinagre o limón
Una sustancia ácida, como el vinagre o el limón, equilibra los olores del azufre. Unas cucharaditas de jugo de limón o una de vinagre son suficientes; el vinagre también ayuda a mantener la coliflor cocida en un blanco brillante, evitando que se vuelva gris.
5) Agregar una hoja de laurel u otro saborizante
Siempre en el caso de ebullición, poner una hoja de laurel o un poco de extracto de vainilla en el agua aún fría, lo que permite cubrir el olor, sin afectar el sabor en lo más mínimo.
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