Al igual que otras vitaminas y minerales que son muy necesarios para el buen funcionamiento del organismo, tenemos al Selenio, un compuesto mineral que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades para mantener una buena salud.
Este oligoelemento mejora la absorción de los nutrientes en el organismo, facilitando la digestión y el metabolismo.
La cantidad necesaria de selenio en el cuerpo, resulta beneficioso para la producción de las enzimas antioxidantes, aquellas que previenen el daño de las células; y también brinda protección al organismo luego de haber recibido una vacuna.
Investigaciones médicas realizadas afirman que este mineral ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, contribuye en la prevención de algunos tipos de cáncer, brinda protección al organismo de los efectos tóxicos que pueden causar los metales pesados; y ayuda a incrementar la fertilidad masculina aumentando la producción de semen y la capacidad de los espermatozoides.
También se le atribuye como tratamiento para combatir el asma, asegurando que las personas que padecen esta enfermedad tienen alguna deficiencia de este compuesto. La vitamina C y el selenio, son muy eficaces para combatir los ataques de asma.
La falta de selenio puede ser la causa de que muchos hombres padecen cáncer de próstata. Algunos de los tratamientos dirigidos a pacientes con esta enfermedad, incluyen el consumo de alimentos con selenio, para estimular los antioxidantes que regeneran y mantienen las células.
Incluso en tratamientos estéticos ha dado buenos resultados. Muchas personas que tienen caspa, ignoraban que podría deberse a la falta de este compuesto, por lo que los dermatólogos recomendaron cambiar el champú habitual por uno que contiene selenio.
Además, los bajos niveles de selenio pueden dar origen a ciertas enfermedades como psoriasis, infecciones virales, desbalances de tiroides y enfermedades cardiacas.
Para tener la cantidad necesaria de este oligoelemento basta con incorporar a la dieta algunos alimentos que lo poseen y que son muy naturales como el germen de trigo, la cebolla, el ajo, el atún, el bacalao, otros peces de agua dulce, la carne de res, la carne de aves de corral y los frutos secos.
Incluso existen suplementos de selenio que pueden ser más rápidos para estabilizar los niveles inadecuados. Pero siempre es preferible consultar previamente con un médico antes de consumir cualquier medicamento, ya que puede resultar contraindicado.
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