Las personas que van habitualmente al gimnasio o les gusta hacer jogging al aire libre habrán visto a quienes, cuando entrenan, prefieren caminar hacia atrás: no es una costumbre para llamar la atención ni un exceso de confianza ya que este tipo de actividad esconde numerosos beneficios, resaltado por algunas investigaciones realizadas en los últimos años
Uno de los más recientes sobre el tema es el publicado en 2021 en la Biblioteca Nacional de Medicina que evaluó el efecto de caminar hacia atrás en una cinta mediante el examen de pacientes con accidente cerebrovascular crónico: todos ellos se sometieron a una fisioterapia tradicional de 30 minutos, tres veces por semana durante cuatro semanas. El grupo experimental realizó 30 minutos adicionales de caminata hacia atrás en una cinta rodante. Pues bien, los resultados mostraron mejoras notables en el equilibrio, el ritmo de la marcha y también beneficios en el área pulmonar con pruebas específicas.
Otra investigación que está publicada en el International Journal of Sports Medicine se centró en "el efecto del entrenamiento de locomoción hacia atrás en la composición corporal y la aptitud cardiorrespiratoria de las mujeres jóvenes", según el título del trabajo: 26 estudiantes universitarias sanas de entre 18 y 23 años participaron en algunas pruebas básicas y se dividieron en dos grupos: 13 de ellos experimentaron un programa de entrenamiento de carrera/caminata hacia atrás de seis semanas de duración. Los resultados mostraron que este último grupo tuvo mejoras cardiorrespiratorias tanto en los ejercicios hacia adelante como hacia atrás, además de "provocar cambios significativos en la composición corporal en las mujeres jóvenes".
Los beneficios
Otros estudios sobre este tema han destacado mejoras notables en los problemas que afectan a la rodilla: especialmente quienes padecen osteoartrosis han encontrado una reducción del dolor y una mejora de la capacidad funcional. Caminar hacia atrás también suele ser terapéutico para el dolor de espalda, ya que mejora el equilibrio y la marcha. Algunos expertos sostienen que los beneficios también llegan al cerebro que necesariamente está más atento cuando la forma de caminar está de alguna manera "distorsionada", desarrollando así una mayor atención. Son numerosos los deportistas que utilizan este tipo de planteamiento en sus calentamientos.
En cuanto a los músculos, este tipo de actividad es útil porque especialmente los músculos isquiotibiales se estresan más y de forma diferente a la marcha normal o cuando se entrenan en el gimnasio con notables beneficios precisamente por esta forma atípica. Los expertos explican que, aunque se entrene el mismo grupo muscular, cuando se diversifican los ejercicios nuestro cuerpo se beneficia.
Cómo acostumbrarse a este tipo de entrenamiento
Quienes nunca han caminado hacia atrás deben entender que los beneficios no serán automáticos al primer intento sino, como ocurre con todo lo nuevo, el proceso debe ser gradual: los expertos en la materia recomiendan primero una caminata ligera durante unos minutos para entender cómo moverse y cómo distanciarse.
El segundo paso, una vez que el cuerpo empieza a acostumbrarse, es intentar forzarlo un poco aumentando la duración y la velocidad para realizar movimientos más desafiantes. Además del gimnasio, los mejores ambientes para este tipo de entrenamiento incluyen espacios al aire libre (parques, plazas), siempre revisando que el cuerpo se mueva en posición erguida y tratando de no girar continuamente para estar seguro de lo que hay detrás, porque este movimiento puede hacer que se pierda el equilibrio. Sólo los más experimentados pueden pasar a la cinta de correr donde se debe mantener la velocidad baja para evitar caídas.
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