El método clásico consiste en que una vez listo, se filtra y se vierte en una olla limpia añadiendo claras de huevo ligeramente batidas. Y cocinando la sopa a fuego lento, revolviendo constantemente, las claras se coagularan capturando así todas las otras impurezas. Luego se filtrará el caldo por un colador cubierto con una toalla o un paño y se obtendrá un líquido extremadamente transparente.
Este nuevo método es mucho menos complicado y el resultado es realmente asombroso.
Una vez que la sopa está lista, quitar la carne, las verduras y las especias y filtrar a través de un colador directamente sobre un recipiente que pueda entrar en el congelador.
Una vez congelado volcarlo sobre un paño limpio colocado en un colador y dejar que se descongele a temperatura ambiente.
Todas las impurezas permanecerán así la toalla y se obtendrá un caldo no sólo claro como el cristal, sino también muy sabroso.
El único y obvio cuidado, es prepararlo con anticipación a su uso, para permitir que se congele y descongele naturalmente.
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