Estudios realizados han comprobado que beber una copa de vino al día es bueno para la salud y que incluso puede reemplazar media hora de ejercicios.
La investigación ha sido realizada por la Universidad de Alberta en Canadá y los resultados informaron que el vino contiene un compuesto natural llamado resveratrol, que ayuda a generar efectos positivos en el organismo.
Pero su consumo debe ser moderado y nunca en exceso, ya que si se bebe en abundancia puede ser contraproducente y resultar dañino.
El resveratol es una fitoalexina que se encuentra en la piel de las uvas, es un potente antioxidante, tiene efectos anti cancerígenos, protege del sobrepeso y ayuda a fortalecer el sistema óseo, reduciendo el riesgo de padecer de osteoporosis y mejorando la densidad ósea en hombres de avanzada edad. Por otro lado, normaliza la viscosidad de la sangre, reduce la formación de coágulos y mejora el suministro de oxígeno a los tejidos.
Previene de daños a los vasos sanguíneos, reduce y evita las inflamaciones al corazón y bloquea las moléculas que pueden convertirse en grasa. Reduce considerablemente las posibilidades de sufrir enfermedades relacionadas al sistema circulatorio, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Se ha comprobado también que beber uno o dos copas de vino diarias disminuye el riesgo de padecer Alzheimer. El vino promueve la producción del colesterol bueno, reduciendo la inflamación y obstrucción de las arterias.
Aquellas mujeres que lo consumen pueden tener un peso controlado y evitar el sobrepeso debido a la cantidad de energía que se utiliza al crear las enzimas necesarias para digerir la bebida. Al elevarse la temperatura del cuerpo, se queman mayores cantidades de calorías.
Esta bebida alcohólica cuenta también con polifenoles y que ayudan a regular los niveles de azúcar en la sangre y reducen la resistencia a la insulina en aquellas personas que padecen diabetes.
La universidad de Buffalo en Estados Unidos se encargó de realizar otro estudio que comprueba que los antioxidantes del vino blanco ayudan a detener a los radicales libres, causantes de dañar los tejidos pulmonares.
En el año 2005 se hizo una investigación donde se pudo comprobar que beber vino tinto con moderación reduce el riesgo de desarrollar cáncer al colon en un 45%. También combate el cáncer a la próstata y el de ovarios.
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