Sometida a examenes específicas con dos tipos de bayas, una sin y otra con sulfitos, que se usa muy a menudo para mantener el color rojo brillante (un hecho que pocos saben y que quita la idea de alimento totalmente natural), la mujer resultó alérgica a dos proteínas de las bayas de goji, y no a los conservantes.
De acuerdo con los datos de los alergólogos, los casos reportados hasta el 2011 serían doce y en casi todos habrían sido necesarios de quince a veinte bayas para desencadenar la reacción.
Dado que las bayas se consumen secas, enteras, en polvo o en jugo y también están presentes en diferentes cosméticos, de acuerdo con los alergólogos, sería necesario advertir sobre su presencia en la etiqueta, precisamente por su fuerte poder alergénico.
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