8 consejos para que los niños coman de todo

El número de niños con sobrepeso u obesidad está aumentando en muchos países occidentales. Incluso los padres, a menudo tienen un exceso de peso corporal. Las buenas reglas alimentarias DEBEN ser una constante dentro de la vida familiar ya que implican una mayor oportunidad para que los jóvenes no desarrollen futuras enfermedades crónicas como la diabetes y los trastornos circulatorios.

Por desgracia, hay muchos errores que se repiten en la vida cotidiana de la familia, desde la ausencia o insuficiencia de desayuno a las colaciones excesivas, desde un estilo de vida sedentario, al consumo excesivo de comida chatarra y bebidas azucaradas, y la escasa presencia de frutas y verduras en las mesas.

Es importante recordar que las reglas alimentarias, y el hábito de la actividad física se consolidan en los primeros años de vida: por esto es importante enseñar a los niños a comer bien y hacer deporte desde una edad temprana. Como se ha dicho, el buen ejemplo tiene que partir de los padres: los alimentos sanos deben estar presentes en la dieta de todos, en detrimento de snacks hipercalóricos e industrializados.

En este sentido, es bueno hacer una pequeña revisión de los buenos hábitos alimenticios a tener en cuenta, en todas las edades:

- Consumir al menos una vez al día alimentos que contengan carbohidratos como pan, pasta o arroz, prefiriendo los integrales a los refinados.

- Consumir al menos 5 porciones diarias de frutas y verduras; integrar el consumo de proteínas de origen animal (carne, pescado, queso, huevos) con los de origen vegetal (garbanzos, judías, guisantes y lentejas).

- Limitar el consumo de carnes grasas y embutidos.

- Reducir el consumo de bebidas azucaradas y aumentar la del agua durante el día.

- Preferir el aceite de oliva como aderezo.

- Variar tanto como sea posible las opciones de alimentos para evitar la repetición.

- Dividir la ingesta calórica diaria en 5 comidas (3 principales y 2 colaciones).

Focalizando la atención en los más pequeños, estos son 8 consejos prácticos que se pueden implementar en la vida cotidiana para orientarlos mejor hacia la comida sana.

1. No es diferente la alimentación del adulto de la de los niños

2. Sistemáticamente introducir frutas y verduras desde una edad temprana para que los pequeños se acostumbren a su consumo y gusto. No dejarse abatir si se niegan, se necesita perseverancia: los deben aprender a comer de todo.

3. Tras el rechazo de un alimento intentar proponerlo de diferentes maneras: por ejemplo, si el niño tiene dificultad para comer legumbres o verduras, se las puede utilizar para hacer albóndigas, pastel de carne o hamburguesas.

4. Involucrar a los niños en la preparación de los platos, es la mejor manera de introducirlos a lo que comerán: enseñarle a limpiar las frutas y verduras más simples, a cortarlas para preparar una ensalada o una ensalada de frutas.

5. Involucrarlos también en las compras, elegir con ellos los alimentos, evitando los demasiado calóricos y explicando el por qué de las opciones.

6. Tomarse el tiempo para enseñar los nombres de verduras, hortalizas y hierbas y, si es posible, asegurarse de que sean directamente responsables de alguna pequeña huerta doméstica.

7. Organizar un menú variado y colorido para que la comida sea más apetecible y divertida para el niño.

8. Dedicar a la comida una cantidad adecuada de tiempo, ayuda a entender correctamente la necesidad de comer. Si el niño saltea el desayuno porque tiene prisa, anticipar la alarma 10 minutos: vale la pena renunciar a unos pocos minutos de sueño para disfrutar el desayuno al máximo y con calma.

Comentarios sobre este artículo (0)

No hay comentarios

Artículos relacionades

Nños y helados: cuándo pueden comenzar a disfrutarlos?
Cómo hacer que los niños coman frutas: 5 recetas creativas
Las primeras frutas y verduras para el bebé