El polvo de hornear o levadura química, es un agente de fermentación seco compuesto por una base débil y un ácido débil. Se utiliza para aumentar el volumen y aligerar la textura de los productos horneados. Esta levadura trabaja a través de una sustancia química que libera burbujas de dióxido de carbono en la masa y la hacen aumentar de volumen. Se utiliza en lugar de la levadura en aquellos productos donde el aroma de la fermentación no sería bienvenido o en los casos en que la masa esté desprovista de la estructura elástica capaz de retener las burbujas de gas durante más de unos pocos minutos. La reacción ácido-base produce dióxido de carbono más rápidamente que la fermentación.
La mayoría de los polvos leudantes están constituidos por un componente alcalino (generalmente bicarbonato de sodio), por una o más sales de ácido (tal como ácido tartárico) y un almidón inerte (principalmente almidón de maíz, pero también almidón de patata).
Aunque muchos polvos químicos para hornear ya se conocían en la primera mitad del siglo XIX, las variantes modernas fueron descubiertas por Alfred Bird en 1843. August Oetker, un farmacéutico alemán, popularizó el polvo de hornear cuando comenzó a vender la mezcla a amas de casa. La receta que él creó en 1891 en Alemania, todavía se vende bajo el nombre de Backin Powder. Oetker comenzó la producción en masa de levadura en polvo en 1888 y la patentó en 1903.
Después de la guerra civil americana, Joseph Cornelius Hoagland desarrolló un polvo para hornear con la ayuda de su empleado y su formulación se conocó como el polvo de hornear Royal. La pequeña empresa se trasladó a Nueva York en 1890 y se convirtió en el mayor fabricante de polvo de hornear.
El polvo de hornear o levadura química, generalmente es sólo una mezcla de bicarbonato de sodio y un ácido; por lo tanto numerosas sustancias ácidas utilizadas en la cocina pueden ser mezclado con el bicarbonato de sodio para sustituir a los polvos leudantes comerciales.
El vinagre (ácido acético diluido), especialmente el vinagre blanco, es un acidificante común usado para la fermentación: por ejemplo, muchas recetas para pasteles de chocolate caseros incluyen el uso de una o dos cucharadas de vinagre. Cuando una receta ya implica el uso de suero de leche o yogur, el bicarbonato de sodio puede ser utilizado sin o con una menor cantidad de cremor tártaro. Alternativamente, se puede reemplazar una porción del líquido con zumo de limón, para que reaccione con el bicarbonato de sodio.
Información nutricional por 100 gr.
Valor energético 116 kcal
Carbohidratos 29 g
azúcares 0 g
Proteínas 0 g
Grasas totales 0 g
Grasas saturadas 0 g
Grasas trans 0 g
Grasas monoinsaturadas 0 g
Grasas poliinsaturadas 0 g
Colesterol 0 g
Fibra alimentaria 0,6 g
Sodio 8028 mg
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