La pescadilla es uno de los pescados de los más consumidos en nuestro país, de carne blanca muy apreciada. Se trata en realidad de la cría de la merluza. Es muy valorada por la textura de su carne, así como por su sabor, y permite una gran cantidad de recetas, siendo algunas de las más comunes la pescadilla frita o rebozada. También recibe otros nombres como pescadilla de la bahía o pijota.
La pescadilla abunda en muchas zonas de todos los continentes. En lo que respecta a España, la encontramos tanto en el Océano Atlántico como en los mares Cantábrico y Mediterràneo. De enero a junio son los meses en que más ejemplares se capturan, aunque la encontramos todo el año en el mercado, ya que, aunque en menos abundancia, se sigue capturando durante el resto de meses.
La profundidad a la que suele encontrarse esta especie es muy variable, ya que tanto la podemos hallar a 100 metros de profundidad como a 1000 metros. Cabe destacar que en verano se acerca mucho a la costa.
En cuanto a su apariencia física, es alargada y cilíndrica, con un cuerpo más bien fino y una cabeza grande. Su color es plateado, y se distingue por tener muchos dientes, y muy fuertes. Suele medir entre los 20 y los 30 cm. de largo.
La pescadilla se alimenta de pequeños peces, calamares, quisquilla y pequeños crustáceos.
Se trata de un pescado que contiene muy poca grasa, menos incluso que la merluza. De hecho, lleva 0’6 grs. de grasa por cada 100 grs. de carne, lo cual la hace ideal para todas las personas que siguen una dieta de pérdida de peso, para los que tienen el estómago delicado y para los niños.
También es importante su aporte de yodo y de zinc, y destaca asimismo por su aporte de vitamina B12, que fortalece nuestro sistema inmunitorio.
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