Noni

El noni es una fruta que tiene sus orígenes en el sudeste asiático, sobre todo en la Polinesia. Tiene mucha similitud con la chirimoya y crece en un árbol de pequeño tamaño con flores blancas.

Es justo en la Polinesia, donde se le considera fruto sagrado ya que desde hace muchos años, lo usaban para curar un sinfín de enfermedades. Pero fue recién en el siglo XVIII que sus propiedades se dieron a conocer en Occidente.

El noni es considerado un antiinflamatorio, antiséptico y calmante natural. Es regenrador y actúa como reforzador del sistema inmunológico, siendo además valioso como anticancerígeno.

Todo ello gracias a su alto contenido de antioxidantes que refuerzan la regeneración celular y las defensas del organismo. Posee bromelaína, una enzima con acción antienvejecimiento.

Por otro lado y al contener mucha fibra, es perfecta para prevenir el estreñimiento, promueve la flora intestinal y sus enzimas mejoran la digestión y la absorción  de nutrientes.

Muchos adictos al tabaco han usado el noni en su tratamiento para dejar de fumar, esto se debe a la escopoletina que posee, un vasodilatador que disminuye los niveles de ansiedad cuando hace contacto con la serotonina.

Regula la acidez otorga un mejor funcionamiento del hígado y páncreas. Evita que aumente el colesterol malo y como contiene óxido nítrico, regula y puede disminuir la presión arterial.

Los polisacáridos que se encuentran en su composición impiden el desarrollo de células cancerosas y muchos pacientes la han usado al mismo tiempo que su tratamiento con quimioterapia, lo que ha hecho posible que se disminuya la dosis de fármacos.

Se recomienda para tratar la fibromialgia y mejora significativamente los trastornos del sueño, las migrañas, la ansiedad y hasta la depresión.  

Se puede consumir en jugos, siendo el más conocido el jugo curativo que se mezcla con otras frutas como uva y piña. Otro de los favoritos es el jugo energético que también lleva uvas, zanahorias y debe ser tomado en ayunas con un poco de miel.