La leche de oveja es un producto muy valorado por sus cualidades gastronómicas y nutricionales. Se consume mayormente en forma de productos derivados como quesos y yogures.
Francia, Italia, España, Grecia y otros países de la cuenca del Mediterráneo, cuentan con una larga tradición de productos elaborados con leche de oveja, y un alto consumo de los mismos.
Estos países producen con la leche ovina, afamados quesos conocidos mundialmente como el Feta de Grecia, el Roquefort de Francia, el Manchego de España, el Pecorino Romano (la palabra italiana para la oveja es pecora), el Pecorino Sardo y el Requesón italiano. Con esta leche también se producen algunas variedades de yogur.
La leche de oveja es una importante fuentes de proteínas, calcio y fósforo y aportan oligoelementos a la dieta; tiene aproximadamente el doble de concentración de proteínas, materia grasa y un valor energético superior a la de vaca. Además, contiene vitaminas y es rica en macrominerales y oligoelementos, necesarios para que las enzimas puedan realizar correctamente sus funciones. Aporta oligoelementos como hierro, zinc, cobre y manganeso. Tiene también importantes cantidades de calcio, magnesio, fósforo y sodio.
Información nutricional por 100 gr.
Energía: 96.7 Kcal
Proteínas: 5.3 g.
Hidratos de carbono: 4.7 g.
Lípidos: 6.3 g.
Colesterol: 11 mg.
AGP (Ácidos grasos poliinsaturados): 0.25 g.
AGS (Ácidos grasos saturados): 3.5 g.
AGM (Ácidos grasos monosaturados): 1.6 g.
Vitamina A: 51 µg.
Vitamina B1: 0.048 mg.
Vitamina B2: 0.51 mg.
Vitamina B6: 0.08 mg.
Vitamina B12: 0.51 µg.
Vitamina C: 4.3 mg.
Vitamina D: 0.18 µg.
Calcio: 183 mg.
Sodio: 30 mg.
Ácido fólico: 5 µg.
Retinol: 50 µg.
Yodo: µg.
Potasio: 182 mg.
Fósforo: 115 mg.
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