La lampuga, a pesar de ser un pescado consumido desde hace muchos siglos, así como muy popular entre aquéllos que se dedican a la pesca deportiva, no ha empezado a ser habitual verlo en nuestros mercados hasta hace poco tiempo. Tiene una carne consistente y blanca tirando a rosado.
En el “Libro de arte culinaria”, que fue escrito a mediados del siglo XV, ya se habla de este pescado, y en él aconseja comerlo frito. En las zonas del Mediterráneo es donde más se consume.
Normalmente, se trata de un pez que vive lejos del litoral. Sin embargo, a medida que se va acercando el buen tiempo se va acercando a las costas.
Tiene forma alargada, y su color es entre azul y verde con reflejos dorados, aunque estos colores sólo los veremos si está vivo, ya que cuando este pez muere se vuelve de una tonalidad gris. La zona del vientre la tiene de un color claro tirando a amarillento. Aunque es una especie que pueden fácilmente pesar más de 30 kg. y superar los 2 metros de largo, en lo que a nuestro país concierne los que se pescan en el Mediterráneo son mucho más pequeños, midiendo entre los 50 cm. y el metro.
Se trata de un pescado con muy poca grasa, solamente 0’7 grs. por cada 100 grs. de carne, lo que lo hace muy recomendable para las dietas de reducción de peso o para todas aquellas personas que sufran dolencias debido a un estómago delicado. Además, es una buena fuente de proteínas, de alto valor biológico.
Es apreciable su contenido en algunas de las vitaminas del grupo B, así como de minarales como el fósforo, magnesio y potasio, que ayudan a algunas funciones muy importantes como el funcionamiento correcto del sistema nervioso o de los intestinos, así como a fortalecer nuestra resistencia frente a las infecciones.
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