El galán es un pescado de carne exquisita, considerado por muchos el mejor de los que se pueden consumir en nuestro país. En contrapartida, hay que decir que también es el que se vende más caro, pudiendo alcanzar el precio de 100 € el kilo y eso si lo encontramos en algún mercado, porque no es fácil, y fuera de temporada imposible.
Es un pescado que, aunque puede elaborarse siguiendo un gran número de recetas, por su excelente sabor es aconsejable comerlo simplemente a la plancha o frito.
Se le encuentra en el Atlántico, pero sólo de Portugal hacia el sur. Es abundante en nuestras costas mediterráneas, y, si queremos comerlo, con un poco de suerte podremos hacerlo en algún restaurante de Baleares y de la costa barcelonesa del Maresme, o también del litoral andaluz. Son escasos, porque se pescan de uno en uno, estando autorizada sólo la pesca deportiva para capturarlos. La época de captura son los meses estivales.
Es un pez que habita cerca del litoral, con tendencia a ir hacia los fondos arenosos y fangosos, y que nada a poca profundidad, normalmente entre los 8 y los 30 metros, aunque podemos encontrarlos a una profundidad entre 1 metro y 50.
Cuando detecta algún peligro se esconde enterrando la cabeza en la arena, donde permanece hasta que considera que tal peligro ha pasado.
En cuanto a su aspecto, se parece un poco a los salmonetes, pero más aplastado. Son de color rosado, tonalidad más acentuada en las hembras, tirando el macho más a verdoso. Una de sus características es su frente, prácticamente vertical. En cuanto a sus dimensiones, se trata de un pez pequeño, que puede alcanzar hasta 30 cm.
Se alimenta de todo aquello que encuentra pegado al fondo y que es de pequeño tamaño: peces, crustáceos, invertebrados...
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