Los frutos rojos, llamados también frutos del bosque, son un grupo de frutos que justamente se caracterizan por ser de color rojo ya sea en el interior o en la parte externa. Se trata en realidad de frutas con ciertas características y cualidades muy particulares que al consumirse pueden actuar como preventivos de padecer algún problema cardiovascular y antienvejecimiento.
Los frutos rojos son las bayas, muchos son considerados silvestres como la frambuesa, la mora o la endrina.
Los más conocidas son las fresas, frambuesas, las grosellas, los arándanos, las endrinas y las moras.
Cada fruta roja es distinta en cuanto a sus componentes, pero en lo que se refiere a las vitaminas y minerales, todas son iguales.
Los frutos rojos poseen altos niveles de agua, siendo bajas en calorías pero muy ricas en aportar energía ya que contienen hidratos de carbono en forma de azúcares, justamente lo que les da su sabor dulce. No tienen grasas y poquísimas proteínas.
En cambio poseen mucha fibra, vitaminas como la C, provitamina A, ácido fólico y sales minerales como calcio, magnesio y potasio.
Algo muy particular de estos frutos rojos es que si bien no contienen sustancias nutritivas, aportan cualidades excelentes gracias a sus flavonoides y antocianos, pigmentos que le dan ese tono tan característico.
Al contener pocas calorías, los frutos rojos son perfectos para toda dieta y por su gran contenido de fibra resultan ideales para regular el tránsito intestinal.
Y al contener provitamina A, vitamina C y flavonoides, se convierten en parte de alimentos funcionales naturales muy buenos para la salud.
Sus múltiples antioxidantes evitan el envejecimiento prematuro y la destrucción de las células, combatiendo las agresiones externas.
Como sabemos también, la vitamina C es ideal para combatir infecciones y al contener ácido fólico ayuda en la formación y el buen mantenimiento de los glóbulos rojos, así como para prevenir la anemia.
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