Conocida desde la antigüedad en el sur de Asia y el Mediterráneo, Egipto, Grecia y Roma la consumían en ensaladas.
Hay distintas variedades tanto de hoja lisa y ancha, así como variedades de hoja rizada. Conviene elegirlas de hojas frescas, firmes, tiernas y de buen color verde, sobre todo las externas, y rechazar las de colores parduscos o amarillentos.
Como en el caso de otras verduras y hortalizas, la escarola tuvo en un principio un uso más medicinal que culinario; y entre sus propiedades se destacan la presencia de vitaminas hidrosolubles (B1, B2, C, folatos) y en menor proporción beta-caroteno (provitamina A), así como minerales como el calcio, el magnesio, el hierro, el zinc y el potasio.
Aporte nutricional cada 100 gr.
Energía: 23.7 Kcal
Proteínas: 1.1 g.
Hidratos de carbono: 3.6 g.
Fibra: 1.3 g.
Lípidos: 0.24 g.
Colesterol: 0 mg.
AGP (Ácidos grasos poliinsaturados): 0.13 g.
AGS (Ácidos grasos saturados): 0.04 g.
AGM (Ácidos grasos monosaturados): 0.02 g.
Vitamina A: 251 µg.
Vitamina B1: 0.06 mg.
Vitamina B2: 0.06 mg.
Vitamina B6: 0.05 mg.
Vitamina C: 10 mg.
Vitamina D: 0.1 µg.
Calcio 58.5 mg.
Sodio: 10 mg.
Ácido fólico: 115 µg.
Yodo: 5.9 µg.
Potasio: 322 mg.
Fósforo: 33 mg.
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