El ajo es una planta conocida desde la antigüedad, los egipcios ya la utilizaban en el tercer milenio antes de Cristo, y más tarde griegos, romanos, chinos e indios. Hoy en día se cultiva en todos los continentes, es una planta perenne y muy resistente que se cultiva todo el año.
En las culturas antiguas del mediterráneo, también se utilizaba como medicamento. Durante la Edad Media, ristras de ajos y otros yuyos se suspendían de las puertas de las casas para que no ingresara "el mal" y curar enfermedades.
La medicina naturista avala muchas de sus propiedades curativas. La bromatología destaca sus atributos como un buen alimento, con valores energéticos. Pero su escasa presencia, en comparación con los volúmenes de otros productos de la huerta, le quita relevancia alimentaria.
Es rico en minerales y cuando se manipula -al pelarlo, picarlo- su aroma emerge con intensidad. Se recomienda quitar el brote central antes de consumirlo.
Hay dos grupos que se diferencian por el color de la cubierta: el ajo blanco o común y el ajo rosado o morado.
El blanco es carnoso, resistente y más grande que el morado. Es el que mas abunda en todo el mundo. El rosado, más pequeño, es más débil que el primero. Están todo el año y los mejores van apareciendo hacia el verano, en toda su plenitud.
Se eligen firmes, sin brotes y con su envoltura seca. Rechazar los amarillentos y huecos. Se conservan en lugares secos, frescos y con ventilación.
El ajo tiene propiedades antisépticas, fungicidas, bactericidas y depurativas; los fanáticos lo llaman la penicilina natural. Es un buen diurético, combate bacterias y virus, resulta efectivo en casos de parásitos. Pero se recomienda disminuir su ingesta durante el embarazo y la lactancia.
Es un buen dilatador del diámetro de los vasos sanguíneos, motivo por el cual mejora la circulación de la sangre.
Así como no se conciben recetas mediterráneas sin aceite de oliva, es impensable una buena salsa española o italiana sin ajo. Entero, picado o pisado, durante la cocción sus aceites se confunden con los fondos y dejan una presencia que resulta en un plato con valor agregado.
Valor nutricional por cada 100 gr
Energía 150 kcal
Carbohidratos 33.06 g
Azúcares 1.00 g
Grasas 0.5 g
Proteínas 6.36 g
Niacina (Vit. B3) 0.7 mg
Ácido pantoténico (B5) 0.596 mg
Vitamina B6 1.235 mg
Vitamina C 31.2 mg
Calcio 181 mg
Hierro 1.7 mg
Magnesio 25 mg
Fósforo 153 mg
Sodio 17 mg
Zinc 1.16 mg
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