Calabacines rellenos gratinados

Cómo hacer Calabacines rellenos gratinados

Lavar los calabacines para eliminar cualquier impureza. Secar con ayuda de un trapo.

Cortar por la mitad.

Vaciar el interior de cada mitad de calabacín con ayuda de una cucharilla o un instrumento similar. Hay que hacerlo con cuidado de no romper las paredes de la verdura. Para ello se recomienda vaciar solo hasta medio centímetro antes de la piel. La idea es formar unas balsas o cuencos con los calabacines.

Llenar una olla de agua y calentar al fuego. Cuando arranque a hervir, poner con cuidado los calabacines y escardar durante 5 minutos. No más, pues perderían consistencia. Pasado este tiempo, retirar los calabacines del agua y escurrir.

Cortar la carne que hemos extraído del interior de los calabacines en trozos cuadrados no mayores de un centímetro de lado.

Pelar y cortar una cebolla con las mismas dimensiones que el interior del calabacín.

En una sartén profunda, poner aceite de oliva y calentar. Cuando el aceite esté caliente, poner la cebolla en su interior con un poco de sal.

Cuando la cebolla esté caliente y comience a dorarse, añadir el calabacín troceado. Remover para que no se pegue bajando el fuego al mínimo.

Una vez que ambas verduras estén blandas y jugosas, agregar la nata para cocinar y un poco de pimienta. Remover para que se mezclen todos los ingredientes y dejar reposar en el fuego residual (apagando la fuente de calor) para que no se queme.

Precalentar el horno en función gratinado.

En una bandeja de horno, poner los cuencos de calabacines de manera longitudinal sin que uno moleste al compañero.

Cuando la nata haya reducido, rellenar los cuencos de calabacín con esta mezcla.

Sobre cada calabacíN relleno poner media loncha de queso para fundir.

Meter la bandeja en el horno y gratinar durante 10 minutos.

Cuando el queso esté fundido, sacar del horno y dejar reposar.

Se sirve templado o caliente.